El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, vuelve al ataque. Esta vez no son los homosexuales, el aborto o la fecundación in vitro. Esta vez es la patria. En una homilía que ha pronunciado este lunes en la Mézquita-Catedral de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández ha alertado de que "la patria está en peligro" a la vista de los acontecimientos de Cataluña. Los asistentes a la misa eran mandos policiales y autoridades civiles de la provincia con motivo de la festividad de los Ángeles Custodios, patrón de la Policía Nacional.

El obispo de Córdoba ha dicho que "no se trata de dramatizar los hechos, se trata de constatarlos y de saber ir a la raíz del remedio", aunque su diagnóstico es que "las circunstancias muy dolorosas" que se están viviendo que "nos hacen pensar que la patria está en peligro". Fernández ha admitido que no tiene la solución y que sabe que esta no es fácil; en todo caso, ha recomendado "acudir a Dios y a la Virgen Inmaculada", de quien ha recordado no solo que es "patrona de España", sino que ahora lo es "más que nunca".

Para el controvertido prelado, el "sentimiento patriótico no solo es propio de facciones o partidos políticos, sino que el amor a la patria brota del cuarto mandamiento de la Ley de Dios, que nos manda el respeto a los padres e incluye obligaciones con la patria y sus legítimas autoridades".

Política y teología

¿Y cómo se ha llegado a esta situación? Forzando un tanto los argumentos y mezclando con cierta temeridad política y teología, Demetrio Fernández piensa que que "la situación neurálgica y dolorosa del Estado" nade de un contexto de "deterioro de la vida moral y un querer echar a Dios, quitarlo del medio, y las consecuencias son éstas y otras que no se ven, pero que a la larga se sufren y se padecen".

¿Acaso estaba apostando el obispo por regresar a un Estado confesional como en el franquismo? En absoluto, de hecho ha abogado en defensa del Estado de derecho y el orden constitucional. Ahora bien, resulta "intolerable arrancar a Dios de la vida de un pueblo", por lo que ha recomendado que "volvamos a Dios, que es el único que garantiza la fraternidad, el derecho de todos, y también las peculiaridades de cada uno de los pueblos de España".