Se nos está yendo de las manos. Que vale que en las redes sociales haya gente de todo tipo y personas a las que les afecte ver ciertas imágenes. Y todavía puede ser comprensible, desde cierto prisma, la persecución a las imágenes de personas desnudas. Esencialmente mujeres. Pero esto…

Acción feminista

La última víctima ha sido la Venus de Willendrof. Esta oronda figurilla de más de 30.000 años de antigüedad ha visto cómo sus formas no gustaban en la red de Zuckerberg. Y todo como muestra de hasta dónde puede llegar esta forma de censura.
Todo vino por una acción de la activista feminista Laura Ghianda. Ghianda colgó una fotografía de la Venus en su perfil social a ver qué pasaba. Y pasó lo que se temía.
Que la red social le borró la imagen y en su lugar dejó la ya clásica advertencia sobre lo inapropiado de la instantánea. Ese tipo de eliminación de contenidos que ha llegado a cotas tan absurdas que en fotos bastante explícitas basta con borran los pezones de las protagonistas para que la imagen sea aceptada.

Diosa de la fertilidad

Pero si algo tiene la figura de Willendrof es que es muy poco explícita. Por no tener, la Venus carece de rasgos faciales. Aunque los atributos físicos son bien evidentes. Dos grandes pechos y la vagina perfectamente moldeada por aquel artista paleolítico.
Como suele ocurrir en estos casos se ha producido el conocido como Fenómeno Streisand. Es decir, que la denuncia yt posterior borrado de contenido genera tal polémica que finalmente termina llegando a muchísima más gente.
Al menos en este sentido, la Venus sí que cumple con el que los estudiosos creen que fue su cometido. El de servir de amuleto de la fertilidad. Y en ese caso ha sido la de expandir la idea de que la censura nos acecha hasta lo más absurdo.  

¿Te sorprende? Pues lee esto ahora, y verás:

Esto es lo que no quieren que veas