La auténtica pereza es limpiar la casa. No nos engañemos. Tienes un día libre y te tienes que poner a frotar la cocina, el baño, limpiar los suelos, el polvo. Qué aburrimiento. Definitivamente, debe de ser malo para la salud. Porque si necesitamos alguna excusa más, ahora los científicos te la facilitan.

Manos aire cada vez

Es lo que asegura un estudio realizado por investigadores noruegos y que ha publicado el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. Según este informe, las personas que se dedican a limpiar casas, oficinas y resto de espacios tienen una función pulmonar menor. Una capacidad comparable que la de un gran fumador. Y es una conclusión bien fundamentada. No es vano han estoad analizando los datos de 6.200 mujeres de una edad cercana a los 34 años durante más de dos décadas. Según sus estadísticas, el volumen de aire exhalado por segundo disminuye 3,6 mililitros al año más rápido que el de aquellos que no están constantemente expuestos a los productos químicos relacionados con estas labores. Y disminuye todavía más rápido en aquellas personas que se dedican profesionalmente a las labores de limpieza, en concreto la reducción anual es de 3,9 mililitros al año.

Mucosas irritadas

Los autores del informe apuntan a que la reducción de la capacidad pulmonar se debe a la irritación de las mucosas que generan la mayoría de los productos químicos que se utilizan para limpiar en las casas. La afectación de estas membranas que recubren las vías respiratorias redunda en afectaciones a las funciones respiratorias. Con la acumulación en el tiempo, esta irritación provoca cambios persistentes en el tracto respiratorio e incluso remodelaciones en estas vías. Para terminar de establecer una comparación que todos podamos comprender, los investigadores recurrieron a un ejemplo paradigmático. Las personas que se dedican a limpiar profesionalmente sufren una disminución de la capacidad respiratoria equivalente a fumar entre 20 y 40 cigarrillos diarios.