El pasado sábado se celebró la llamada fiesta del cine español, la ceremonia de los Premios Goya. Handia fue la gran ganadora de la noche con justicia, coronándose como la tercera película con más premios Goya de la historia del cine español, tras Mar adentro (14) y Ay, Carmela (13). Handía es una suerte de road movie decimonónica que plantea una mirada al pasado para hablar sobre diversos temas, entre ellos la manera en la que se construyen algunos mitos. Se ubica en el  País Vasco, en 1843. Martín, un joven tullido y derrotado, regresa a su pueblo tras años de guerra. Su hermano Joaquín es ahora un gigante de más de 2 metros y 25 centímetros, incapacitado para trabajar en el ruinoso caserío familiar. Para mantener a la familia a flote, los dos hermanos emprenden un viaje por plazas y teatros, convirtiendo al Gigante de Altzo en todo un fenómeno de circo.

Una enfermedad rara no genética

Detrás del gigantisco del personaje está, con toda probabilidad, una enfermedad real: la acromegalia. Considerada una enfermedad rara (existe catalogadas unas siete mil) por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a menos de 5 de cada 10 mil habitantes. La acromegalia es un trastorno endocrino producido por un desequilibrio hormonal en el cuerpo, causado por una producción excesiva de la hormona del crecimiento. Normalmente, la glándula pituitaria, localizada en el cerebro y apenas del tamaño de un guisante, es la encargada de producir la hormona del crecimiento (GH). Pero en los pacientes con esta enfermedad, la pituitaria produce cantidades excesivas de GH, lo cual es resultado, en la mayoría de los casos, de un tumor benigno o no canceroso (adenoma) alojado en la pituitaria, que provoca el crecimiento de tejidos y huesos, especialmente de las manos, la cara, los pies y los órganos internos. Los pacientes con acromegalia pueden presentar síntomas hasta durante 15 años sin ser diagnosticados. No es una enfermedad congénita o hereditaria. Sí se ha observado que quienes consumen hormonas de crecimiento son más propensos a sufrir el trastorno, por lo que se recomienda tomar precauciones si se consumen estos tratamientos. Para curarla, se puede extirpar el tumor. También existen en el mercado tratamientos de administración oral (dosis diaria) o por administración intramuscular (una vez al mes).