No es que estén en riesgo de sufrir cáncer de piel, y sabido es que necesitan la luz del sol para la fotosíntesis, pero, como las personas, las plantas también pueden sufrir los efectos negativos de la radiación solar, y por eso producen ellas mismas su propia crema protectora.

Qué rayos del sol son dañinos

Empecemos por presentarnos: los rayos ultravioleta se dividen entre los rayos UV-A, que llegan a la Tierra y representan el 95% de la radiación ultravioleta que alcanza la superficie del planeta, y los UV-B, que son sólo el 5% y actúan sobre todo en las capas más superficiales de la epidermis, y son responsables del bronceado y de las quemaduras, y resultan, para las plantas, los más dañinos.

Problemas en cultivos

Ya estamos todos. Dicho esto, el origen del problema está en la longitud de onda. Algunas longitudes de onda son indispensables para llevar a cabo la fotosíntesis, pero otras son perjudiciales. Por ejemplo, una exposición excesiva a los rayos ultravioleta puede comprometer la calidad de los cultivos y causar un aumento general de la mortalidad vegetal. Según ha descubierto un estudio reciente de la Universidad de Ginebra, para protegerse, las plantas acumulan en sus capas externas sustancias capaces de absorber los rayos ultravioleta y con los que protegen los tejidos subyacentes, y activan mecanismos antioxidantes con los que preservar las células y el ADN de las plantas.

Capaces de variar la cantidad

La cantidad de esta sustancia protectora natural varía según la planta, así como en los seres humanos la cantidad de melanina producida por la piel es diferente de una persona a otra. Las plantas de alta montaña o nativas de áreas tropicales son las que albergan los niveles más altos de flavonoides -pigmentos naturales presentes en los vegetales y que dan al organismo protección de todos los daños ocasionados por elementos o sustancias oxidantes-.