Están entre nosotros. De hecho, quizá tú seas uno de ellos. Has oído hablar de esta enfermedad cientos de veces, en relación al embarazo o si tienes gato en casa. Pero quizá no sabías los efectos que puede tener la toxoplasmosis. Convertirnos en zombies.

Muy extendida

Al menos eso indican los últimos estudios acerca de la forma en la que la toxoplasmosis afecta a la conducta humana. Hasta ahora se pensaba que el toxoplasma solo causaba síntomas leve en personas con un sistema inmunológico normal. Dolor de cabeza, fiebre, dolores articulares. Y sobre todo, los posibles daños que causa al cerebro de los fetos, motivo por el que a las mujeres embarazadas se les recomiendo evitar el consumo de alimentos crudos y el contacto con gatos.
La presencia de este patógeno está muy extendida. Se calcula que prácticamente el 20% de la población ha estado en contacto con el parásito toxoplasma gondii que la produce. Incluso hay quien la ha contraído y no ha experimentado síntomas.
[caption id="attachment_13755" align="alignnone" width="550"]Toxoplasma_gondii Toxoplasma_gondii. Author: Ke Hu y John M. Murray. CC 4.0[/caption]

Cambios de conducta

Al menos los más comunes. Porque desde hace unos años, los científicos alertan de que esta patología puede alterar el comportamiento de quienes la padecen. La gente con toxoplasmosis se convierte en más extrovertida y más dispuesta a asumir riesgos. Lo que hace el parásito en provocar que el cuerpo segregue más dopamina y otro tipo de hormonas que alteran la percepción mental del huésped.
Así, según diversos estudios, los infectados tienen mayores tasas de accidentes de tráfico, por ejemplo. También reduce la capacidad de atención y la formalidad ante situaciones serias.

El fundamento parece similar a los cambios de comportamiento que provocan otros parásitos

Dado que su objetivo es extenderse por el mayor número de sujetos posible. Los parásito segregan sustancias que desactivan los mecanismos de alerta de sus víctimas. De este modo, estos individuos son menos proclives a mantener la precaución de manera que están más expuestos a ser presas de otros animales. Y de esta forma, el parásito va infectando un cuerpo tras otro.
De este modo, cabe la posibilidad de que en muchas ocasiones, esa persona que vemos tan amante del riesgo, en realidad solo esté infectada por la toxoplasmosis. Y sea un zombie de un parásito microscópico.
[caption id="attachment_13742" align="alignnone" width="550"]Joven practicando un deporte de riesgo Foto: Percyinter[/caption]