La moda es eso que nos dicta cómo tenemos que vestirnos cada temporada. Que nos dice que lo que compramos el año pasado ya no vale este. Que nos obliga a adquirir nuevos productos y a gastar en ellos, al mismo tiempo que abandonamos o tiramos ropa que en realidad está nueva. Y claro, eso tiene unas consecuencias.

Stella McCartney toma la palabra

No solo en nuestros armarios y nuestros bolsillos. También en el medioambiente. Lo curioso es que la respuesta contra esta corriente que se repite dos veces cada año ha surgido de la propia industria de la moda. En concreto de Stella McCartney. Sin duda la diseñadora británica ha heredado la conciencia medioambiental de sus padres, veganos desde los setenta. McCartney ha respaldado la iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur para pedir que la industria de la moda cambie. Y es una necesidad, no una moda.

Datos fuera de moda

Porque si la producción sigue creciendo a este ritmo, esta industria va a consumir nada menos que un cuarto del carbón mundial en el año 2050. Además, menos del 1% de los materiales empleados en la confección se reciclan. Cada segundo, el equivalente a un camión cargado de ropa se tira a la basura en todo el mundo. Y un dato sorprendente. El número de veces que una prenda se usa ha caído un 36% en los últimos 15 años. Son sin duda números de una industria muy muy lejos de cualquier concepto de sostenibilidad. Y en realidad muy contaminante. Se estima que la moda es responsable del vertido de medio millón de toneladas de microplásticos cada año. 16 veces más que la industria cosmética, por ejemplo. La Fundación Ellen MacArthur ha conseguido el compromiso de grandes marcas como C&A, Nike o H&M para asegurar que acometerán reformas que hagan más sostenibles sus plantas de producción. Entre las acciones que según la fundación deben llevarse a cabo figuran el uso de materiales menos contaminantes y la eliminación de las microfibras o la promoción del reuso de la ropa.