Las imágenes de la CNN dieron la vuelta al mundo, en antena y en la red. "Hombre fuerte para trabajar en el campo", vocea un subastador señalando a un hombre subsahariano. Otros, siempre subsaharianos que han de pararse en Libia en su arriesgado camino a Europa, esperan su turno para que ver vendida su libertad por unos 400 euros. En pleno siglo XXI. La cadena estadounidense logró captar con sus cámaras esta trata de inmigrantes, al oeste de Libia. Envío un equipo de reporteros a Trípoli el mes pasado después de obtener imágenes de una subasta de inmigrantes, y mientras éste estuvo allí, fue testigo de una subasta de una docena de hombres por tan solo 400 dólares cada uno. La CNN ha recibido información sobre los mercados de esclavos en nueve localidades de Libia, pero se estima que se realizarán muchas más subastas cada mes. En los últimos años, Libia ha recibido centenas de miles de inmigrantes esperando viajar a Europa. Las Naciones Unidas calculan que actualmente hay entre 700.000 y un millón de inmigrantes en el país. Son muchos los inmigrantes que han sobrevivido a este horror que hablan de palizas, secuestros y esclavitud.

Más de cuarenta millones de esclavos en el mundo

El de Libia no es un caso aislado. Si bien es imposible conocer los datos exactos de la esclavitud del siglo XXI, según los hallazgos de un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 40 millones de personas fueron víctimas de esclavitud en el 2016, y una de cada cuatro de esas personas era un niño. El informe define como esclavitud moderna las situaciones de explotación en las que una persona no puede negarse ni puede irse por amenazas, violencia, coacción o decepción. Eso incluye trabajo forzoso, servidumbre por deudas, matrimonios forzosos y tráfico humano o trata de personas. El tiempo promedio durante el cual las víctimas estuvieron forzadas a trabajar va de pocos días, en algunas formas de trabajos forzosos impuestos por el Estado, hasta casi dos años por explotación sexual forzada. Según el informe, las niñas y las mujeres representan el 71% de las víctimas de esclavitud, incluyendo el 99% de aquellas que están en la industria del comercio sexual y el 84% de las que son obligadas a casarse. Los niños suman casi el 37% del total de víctimas obligadas a casarse, así como el 18% de víctimas de trabajos forzosos y el 21% de víctimas de explotación sexual.

La ONU, mediadora en proceso

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha declarado "horrorizado" por esa supuesta venta en el oeste de Libia de migrantes africanos como esclavos, y ha exigido a las autoridades competentes una investigación urgente para llevar a los responsables ante la Justicia. "La esclavitud no tiene sitio en nuestro mundo”, ha afirmado, asegurando que estas acciones pueden considerarse “crímenes contra la humanidad” y van en contra de la vigente convención de la ONU contra el crimen transnacional organizado. Ha añadido que este caso " también nos recuerda la necesidad de responder a los flujos migratorios de forma global y humana: a través de la cooperación al desarrollo para dar respuesta a las causas de raíz, con un aumento significativo de las oportunidades de migración legal y con una mayor cooperación internacional contra los contrabandistas y traficantes y para proteger los derechos de sus víctimas". La ONU trata desde hace años de mediar para poner fin a la crisis política que se vive en el hoy Estado fallido de Libia, donde en 2011 la OTAN contribuyó al triunfo de los rebeldes frente a la dictadura de Muamar Kadafi. El país se halla hoy controlado por autoridades y grupos armados y con una gran presencia de grupos terroristas y mafias dedicadas a todo tipo de contrabandos.

Un país fraccionado

La CNN cree que algunos de los sitios de subastas de inmigrantes en Libia están en territorio controlado por el GNA (el Gobierno de Acuerdo Nacional), pero otros no; el GNA no controla todo el país. Por su parte, el martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Libia confirmó su interés por abordar las violaciones contra los inmigrantes ilegales, asegurando haber establecido un comité para investigar las subastas, pero también pidió a sus socios regionales y globales que le brinden asistencia.