Un 55 % de los datos de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF, por sus siglas en inglés) provienen de información ciudadana, información en la que predominan datos sobre pájaros, mariposas y setas. Así lo informa un nuevo estudio, en el que ha participado Bernat Claramunt, investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB) y profesor de la UAB, y ha publicado íntegro la revista ‘Biological Conservation’. El texto destaca y argumenta este aporte ciudadano como un gran potencial, señalando en concreto que de ella procede el 70 % de los datos sobre animales y el 16 % sobre plantas que se manejan en el campo de la conservación. Los autores que firman la información alientan incluso a seguir trabajando para mejorar y aumentar aún más estas aportaciones,  crear incluso asociaciones específicas o clubes. Si bien advierten que, obviamente, los datos que procedan de estas fuentes no pueden sustituir el trabajo de la comunidad científica, solo puede entenderse como un complemento a ésta.

Especialmente en Estados Unidos y Australia

Especialmente, lo que denominan “ciencia ciudadana” aporta muchos datos en Estados Unidos y Australia. En España, en Cataluña, los pájaros son el grupo mejor representado gracias a iniciativas como el programa de Seguimiento de Aves Comunes en Cataluña del Instituto Catalán de Ornitología y la organización SEO/BirdLife en España. En otros lugares del mundo no se tienen estas iniciativas, y sin embargo representan mucho interés desde el punto de vista de la biodiversidad que albergan. Y sin embargo que la observación, señalan que, es vital para conocer el estado de la biodiversidad, es necesario seguir indicadores al respecto que procedan de cada punto del planeta, como la fenología, el comportamiento migratorio de especies bioindicadoras, la estructura de edades de una población o la distribución de las especies.