En México, la tierra ha temblado por segunda vez en un mes, echando abajo edificios, rompiendo carreteras y acabando con la vida de cientos de personas. La fecha coincide con el aniversario de otro catastrófico movimiento de tierra que en 1985 mató en el país a casi 10.000 personas, aunque los científicos no analizan la coincidencia de fechas más que como eso, una coincidencia.

Distancia entre ambos, similitudes entre ambos

El mortífero temblor que precedió, el 7 de septiembre, a este segundo que ha ocurrido el 19 de septiembre, fue de 8.1 grados en la Escala Richter, y este siguiente ha sido de 7.1 grados. El primero se sufrió en el Golfo de Tehuantepec, y el segundo se produjo por debajo de los estados de Puebla y Morelos. Hay cientos de kilómetros entre ambos puntos, pero los expertos ven similitudes entre ambos movimientos de tierra. Para empezar, los dos parecen ser resultado de la ruptura de fallas en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, un área de de 40.000 kilómetros en forma de herradura de zapato que se extiende desde el límite de la placa del Pacífico y las placas más pequeñas, como la placa del Mar de Filipinas a las placas de Cocos y Nazca que línea el borde del Océano Pacífico. Se trata de una de las zonas más sísmicas del planeta. Las placas, que son divisores de la corteza terrestre cuya interacción, cuando se desplazan sobre un manto semilíquido, es una de las principales causas de terremoto, chocan en el centro y sur de México.

Un terremoto no es una réplica del anterior

Por otro lado, están las réplicas, que pueden ocurrir minutos, días o meses después del terremoto principal, aunque, en este caso, un terremoto no parece haber sido réplica del anterior. Sí se han producido pequeñas réplicas después de cada uno de ellos, porque cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, como estos, las rocas cercanas a la zona de ruptura sufren un reacomodo, que implican temblores.