Los últimos cien años de la humanidad no se entenderían sin el invento del plástico. Este material ha permitido la incorporación a nuestra vida diaria de innumerables objetos que nos hacen la vida más fácil. Ligero, barato, resistente y duradero, su presencia se extiende a todos los órdenes.

Fuente de residuos duraderos

Sin embargo, estas cualidades también han generado uno de los mayores problemas de la actualidad: el enorme volumen de residuos que amenaza los entornos naturales y los océanos. Ahora se impone un paso atrás. Un uso más racional y sostenible del material. No solo en cuento a su reciclaje, si no también a la búsqueda de materiales más respetuosos con el medio ambiente. Pero este proceso se antoja lento, dada la comodidad que el plástico comporta para todo el mundo.

Vasos y platos de plástico, prohibidos

En ese sentido, las políticas restrictivas son cada vez más numerosas. El mes pasado entró en Francia una ley que prohíbe los vasos, cubiertos y vasos de plástico. Antes de 2020, todas las industrias del sector deberán adecuar sus procesos productivos. El decreto estipula que se deberán emplear sustancias como el almidón de maíz o patata, fibras vegetales o celulosa. Se trata de elaborar estos objetos con materiales de origen biológicos, que se puedan degradar.

Primero fueron las bolsas

La medida afectará a los establecimientos de restauración y de venta de bebidas, a comercios como panaderías, tiendas, gasolineras y a otros espacios como oficinas o centros oficiales. Francia sigue a la cabeza de la lucha contra los residuos plásticos. Este mismo verano también se prohibió la distribución de bolsas de plástico de un solo uso, tan populares en las tiendas. Son decretos que amplían el Código de Medioambiente aprobado por la Asamblea Nacional francesa. Un conjunto de leyes y reglamentos sobre protección medioambiental en el país vecino.