Las redes sociales son productos altamente inflamable que deberían exhibir en cada página el logotipo de las llamitas de fuego. Unas palabras de Francina Armengol - presidenta de Balears, muy poco dada a este tipo de incendios – provocaron la mayor pirotecnia al señalar algo cargado de sentido común: el PSOE no debe facilitar en ningún caso el acceso del PP al Gobierno puesto que no es su muletilla sino su alternativa; y si Rajoy no logra los apoyos necesarios, que se vaya a su casa y deje a los demás que lo intenten.

Estos planteamientos derivados del “seny” mallorquín se inscriben en una traca de micrófonos de todas las cadenas en las bocas de las baronías socialistas con el fin de encontrar fisuras en la opinión y bordar el “Fulano1 ha contestado lo manifestado Zutano 1, que daba la razón a lo declarado por Fulano 2, cuando respondió a lo de Zutano 3… ¿y usted qué opina?”  Un perfecto ejercicio de periodismo perezoso  y estéril. Eso sí, se llenan minutos y minutos de programa.

Ocurre que Francina Armengol, como el grueso del socialismo balear, ha hecho callo en la experiencia de Gobiernos de coalición de izquierdas desde 1999 y sabe manejarse en esta geografía con cierta soltura; entre otras cosas porque, en nueve años de este tipo de Gobiernos, no ha habido noticias de apuñalamientos con derramamiento de sangre sobre las moquetas gubernamentales.

El PSOE, como el resto de la población española, debería agradecer que los antisistema de este país han entrado de lleno en el sistema institucional, lo que conlleva que en el Parlamento no quemen contenedores sino que se entretengan con Proposiciones No de Ley, Mociones y enmiendas a los presupuestos. Además de media docena de mateduras de pata y tres pares de descalificaciones improcedentes, claro.

No es preciso recordar que en el resto de Europa el descontento lo ha aquilatado la extrema derecha política y sus brazos armados. Eso es lo que da miedo. En consecuencia, deberíamos destilar chiribitas en lugar de devanarnos nos sesos y deshojar margaritas inútilmente.