A pesar de que en algunas ocasiones presume de su pasado de izquierdas, el actual Fernando Sánchez Dragó ha vivido bien desde un punto de vista profesional con la derecha del PP. Los ejemplos más evidentes y recientes son sus pasos por Telemadrid, donde llegó a presentar hasta un informativo de 'autor', en tiempos de su admirada Esperanza Aguirre, y últimamente en Televisión Española, curiosamente a donde han ido a parar algunos ex altos cargos de la esquilmada cadena autonómica madrileña.

Al hilo de lo anterior y a aunque el escritor siempre se ha definido como un independiente, en su columna de este domingo en 'El Mundo' parece dejar claras sus preferencias.

Tras mostrar su desinterés por las elecciones del próximo día 26 diciendo que “creo que dentro de un par de domingos hay elecciones. No estoy seguro”, hace alusión a un “chascarrillo” y a esa costumbre que se puede ver en Londres -y otros países anglosajones- de los “speakers”, que sobre una tarima o un banco lanzan sus proclamas al mundo.

Dice Sánchez Dragó que ese chascarrillo que “es viejo y estuvo protagonizado en su versión inicial por Curro Romero”, tiene como protagonista a un hombre que “exclama a gritos” en la barra de cualquier taberna: “«¡A Rajoy lo va a votar su puta madre!». Pausa. Expectación en el auditorio. El parlanchín añade: «¡Y yo!»”.

Muchos podrán deducir de sus palabras su inclinación ideológica, pero no porque sólo se trata de un chiste o un “chascarrillo”. El polifacético escritor, después de hablar de la “amenaza del huracán extremista” espera para combartirla que “los votantes sensatos” acudan a votar y no engrosen las cifras de la abstencion.

Es lo que marcan estas semanas las encuestas sobre la participación y las consecuencias de que ésta disminuya en comparación con otras citas electorales anteriores. “A mayor porcentaje de votos, menor posibilidad de que el sentido común se infrinja, o no, pues de una ciudadanía tan errátil, emotiva y caprichosa como la nuestra cabe esperar cualquier desatino” asegura en su artículo dominical.

Curioso su desinteres electoral. Ante todo esto la pregunta que surge es ¿A quién considera votantes sensatos Sánchez Dragó? O mejor ¿A qué partido respaldarían los “votantes sensatos” a los que se refiere? Se admiten apuestas.