El brazo ejecutor
Según denuncia el periodista Carlos Matallanas (afectado por el ELA), en El Confidencial, la directora de gerencia de La Paz, Mercedes Fernández de Castro, es quien actuó como “brazo ejecutor” contra el doctor Jesús Mora.
El doctor Mora había denunciado la situación extrema en la que se encontraba la unidad de ELA y el Hospital Carlos III por los recortes y, especialmente, tras la fusión al Hospital La Paz. Sus protestas no gustaron a sus jefes, entre ellos Mercedes Fernández de Castro.
Se fabricó un expediente contra el médico
Sus jefes finalmente terminaron abriendo un expediente el pasado mes de febrero. “Se le intenta culpar de permitir que empresas privadas trabajen sin permiso oficial dentro de las instalaciones del hospital”. Un argumento ridículo tratándose lo que en realidad sucedió, según explica el periodista: “ una representante de una empresa de ortopedia, que colabora oficialmente con el módulo de rehabilitación de varios hospitales, incluido La Paz, había quedado en el hospital con un paciente de ELA que le tocaba revisión y al que le suministraba un cabecero adaptado”.
Ni una placa que pusiera 'Unidad de ELA'
A pesar del reconocimiento a nivel nacional e internacional al trabajo realizado por el doctor Mora y su equipo en el Carlos III (formado por especialistas en neurología, fisioterapia, enfermería, neumología, psicología y logopedia, en el centro no existía si quiera una placa que reconociera que allí estaba la ‘Unidad de ELA’. El trabajo de este equipo posibilitó que en el Carlos III se llevaran a cabo los ensayos internacionales más importantes sobre la enfermedad, según se apunta en el referido artículo.
Aguirre dio el primer golpe
Los primeros recortes llegaron con el Gobierno de Esperanza Aguirre, que concluyó que era un lujo tener una unidad para una enfermedad tan específica. En 2005 el PP votó contra la propuesta de hacer oficial la unidad de ELA del Carlos III.
Cosas de Esperanza
A Esperanza Aguirre la esperaron un grupo de enfermos a la salida del pleno, y la entonces presidenta, según narra Carlos Matallanas, “en una reacción oportunista y surrealista (que ahora entenderá la gran mayoría de lectores tras haberse demostrado la semana pasada cuál es la verdadera cara de tan horrendo personaje), dice entre sillas de ruedas, micrófonos y cámaras de televisión, que hay un malentendido: que no solo no va a cerrar la unidad del Carlos III (que acudió al pleno asambleario simplemente buscando un marco oficial e idóneo de subsistencia), sino que iba… ¡a crear cinco!” .
En la práctica, “un despropósito”, según relata el periodista de El confidencial porque “se traduce en una serie de despilfarros, división de esfuerzos económicos y humanos, trato desigual a los pacientes según el área en el que vivan, etc”.
El Carlos III y el doctor Mora siguieron siendo los años posteriores una referencia en la materia, hasta que con la llegada de Ignacio González a la presidencia de la Comunidad de Madrid, y la fusión con La Paz, añadida a más recortes, terminaron por hundir la unidad y expulsar al prestigioso médico.
