Don Felipe y doña Letizia han recibido hoy en el Palacio de El Pardo a unos 350 representantes de organizaciones que ejercen la solidaridad en España, un grupo del que formaban parte colectivos de gais, lesbianas y transexuales junto a entidades de ayuda a discapacitados, desfavorecidos, víctimas de violencia machista y afectados por diversas enfermedades. EFE



Malestar entre el colectivo gay por la prohibición de Cristina Cifuentes y Ana Botella que impide un año más que la marcha del Orgullo trascurra como era habitual por la Gran Vía madrileña. La Delegación del Gobierno en Madrid ha dispuesto que se inicie en Atocha, recorra el Paseo del Prado, Neptuno, Cibeles, Recoletos y finalice en la Plaza de Colón. Y, mientras, en la Zarzuela, se ha visto una escena inédita, la de los representantes del colectivo recibidos por los nuevos Reyes. Un gesto que, aunque de cálculo mediático por parte de la Casa Real, no deja de ser trascendente.

Sorpresa y satisfacción
Los activistas de los colectivos gais han sido recibidos por Felipe y Letizia junto a otros representantes de ONG y colectivos sociales. Boti García, presidenta de la Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), que se ha mostrado sorprendida, pero muy satisfecha, por la audiencia de los reyes, ha subrayado la importancia de que el jefe del Estado atienda su solicitud de defensa de los derechos de los homosexuales.

"La vicepresidenta ni nos contesta"
"Los Reyes nos han recibido en su primera semana (de reinado), mientras que la vicepresidenta del Gobierno ni ha contestado las dos veces que hemos pedido reunirnos con ella", ha añadido esta veterana activista por los derechos de los homosexuales.

Un mensaje de normalidad
Por su parte, José María Núñez Blanco, presidente estatal de la fundación Triángulo ha considerado que "esta es una muy buena forma de empezar un reinado". El activista ha agradecido "el interés, la empatía y la receptividad de los Reyes, especialmente de la Reina". Según ha destacado, el hecho de ser invitados a una de sus primeras audiencias tras la proclamación del pasado jueves lanza a la sociedad "un mensaje de normalidad e integración".

El recorrido aprobado por Cifuentes
La recepción de los Reyes a los activistas en defensa de la diversidad sexual, un cálculo mediático muy acertado por parte de la Casa Real, ha contrastado con otra actuación que afecta a este colectivo. Su reclamo, de que la marcha del Orgullo, una de las más importantes del mundo, se desarrollo, como era habitual, por la Gran Vía de Madrid no será satisfecho tampoco este año.

La Delegación del Gobierno en Madrid, que dirige Cristina Cifuentes, lo ha rechazado y en su lugar ha admitido que discurra desde Atocha por el Paseo del Prado, Neptuno, Cibeles, Recoletos hasta la Plaza de Colón.

El pretexto
La excusa usada por la delegada del Gobierno y la alcaldesa de la capital, Ana Botella (la de las manzanas y las peras) es la "imposibilidad de transitar de los servicios de urgencias y emergencias ante el posible colapso de la vía durante la manifestación". El informe que esgrimen ambas viene desde el Ayuntamiento de Madrid. Argumentan, además, que la Gran Vía y la Plaza de España (donde siempre solía concluir la marcha del Orgullo) son puntos neurálgicos de comunicación y que ese recorrido provocaría una "grave incidencia" al servicio público de transportes. La web AmbienteG, que da datos de esta prohibición, denuncia la incoherencia de estos planteamientos, cuando hace escasos días la proclamación de Felipe VI colapsó el centro de Madrid con cortes de tráfico y nadie puso objeciones. Para esta publicación, es un burdo pretexto de las dirigentes populares para tapar su "homofobia".