Alberto Fernández Díaz, Alicia Sánchez-Camacho y Xavier García Albiol / Foto PPC



La Fundación Ideas del PSOE acaba de difundir un informe alertando de la creciente presencia de la xenofobia en el discurso político europeo, una realidad que va más allá de grupúsculos con representación creciente al calar en partidos conservadores mayoritarios. Una realidad presente en Francia, Reino Unido, Holanda… o España. ELPLURAL.COM ha entrevistado a la autora del informe, María Tejada Gámez, experta en inmigración, para abordar como afecta esta preocupante realidad a la política española.

Pregunta- En el informe se habla de la amenaza de grupúsculos como la Plataforma per Catalunya (PxC) de Josep Anglada o de España 2000, así como de la "débil" respuesta de los partidos tradicionales a esa realidad creciente. ¿Pero no existe también en formaciones tradicionales como el PP catalán un uso de la xenofobia?


Respuesta- Si hablamos de partidos directamente xenófobos en nuestro país encontramos a España 2000 o PxC, pero se ha producido una contaminación del discurso a partidos mayoritarios, como en el caso del PPC. Ahí está el videojuego de Alicia Sánchez Camacho [donde aparecía en una gaviota disparando a inmigrantes] o los panfletos contra los gitanos de Xavier García-Albiol [actual alcalde popular de Badalona]. Es la transposición del mensaje de Anglada con fines electorales.

Además se hace con un método perverso, lanzan el mensaje y luego se retractan para que no les tachen de xenófobos ni afrontar el rechazo social al racismo, pero ya lo han difundido.

- Provocan y reculan…

Consiguen llamar la atención, la prensa les hace caso. Anglada admite que lo hace, también Amanecer Dorado en Grecia continuamente. Es un éxito para ellos en las formas y en el fondo, han conseguido la contaminación del discurso e incluso su adopción por parte de partidos conservadores que los asimilan por temor a que les reste espacio la extrema derecha o directamente para conseguir votos. Existe otra derivada cuando no se frenan estos mensajes, CiU dijo que no iba a pactar con partidos que lanzaran mensajes xenófobos y lo ha hecho.

- ¿Es una estrategia sin ningún coste para los partidos conservadores tradicionales?

Sí tiene un coste. En Francia Sarkozy se acercó cada vez más al Frente Nacional y al final la gente elige al original. En Reino Unido, Cameron (conservadores) y Clegg (liberales) han adoptado eslóganes xenófobos, apuntaron un repunte inicialmente pero al final en las recientes elecciones locales UKIP, anti-europeos y anti-inmigración, fue la que creció considerablemente. Nigel Farage, líder de UKIP, presume abiertamente de que su éxito no es tanto el crecimiento de su propia formación como la adopción de su discurso por parte de partidos mayoritarios.

-¿En España existe el riesgo de que grupúsculos xenófobos aumenten su representación política?

En España hay más población extranjera y menos partidos xenófobos que en buena parte de los países europeos, les resulta más difícil cuajar. Encuentran su hueco en Ayuntamientos pero es difícil que den el salto a la política nacional, pero sí han conseguido el éxito de la contaminación, la infección del discurso como en el caso del PP catalán. Pero hay que tener en cuenta que los partidos pequeños xenófobos se alían entre ellos a nivel europeo y es una forma de conseguir influencia y recursos. Ese es un riesgo, que den un salto a la política europea, es una paradoja que se ha repetido en otros países, ya que enarbolan un discurso antieuropeo y consiguen fondos y refuerzo en ese ámbito.

- ¿Hay alguna forma más marcada de xenofobia en España, islamofobia quizá?

Es una de sus formas más claras en la actualidad, aunque en cualquier caso es una tendencia europea, donde el racismo se traduce también contra gitanos o con el antisemitismo… Pero la islamofobia es una de las expresiones más beligerantes, los partidos xenófobos españoles se dirigen directamente contra el Islam, eso también ha contaminado al PP. La reclamación de pruebas culturales como el 'contrato' de integración del PP afecta más al Islam, así como esos debates artificiosos sobre el burka que no existe en España, o el velo, pero tienden a estigmatizar. Se asimila el velo con la idea de la sumisión, cuando se puede elegir llevarlo libremente. O se presenta el Islam como irreconciliable con la democracia, cuando como demuestran las primaveras árabes pueden ser reivindicaciones compatibles. En países como Reino Unido crímenes como el reciente de un soldado a manos de un perturbado ponen en la picota a toda una comunidad. La sociedad de acogida ante estos actos radicales puede coger la parte por el todo y legitimar posturas xenófobas. En cualquier caso el objeto de odio y de rechazo va cambiando, si no hubiera un grupo se elegiría a otro.

- ¿La xenofobia crece con la crisis?

Existe un incremento de la xenofobia ligado a la crisis, esos partidos se presentan como una tercera posición ajena al desencanto con la política tradicional por ejemplo. Pero el incremento de la ultraderecha no es de ahora, no empieza con esta crisis, se viene produciendo desde los 80 y aumenta en los 90. Ahí estuvo el ascenso de Haider en Austria y cómo salvó los cordones sanitarios iniciales. Amanecer Dorado en Grecia tampoco nace de un día para otro, se encuentra un terreno abonado. Estos partidos actualizan su discurso constantemente, introducen elementos de antiglobalización, de ecología, hasta paradójicamente pueden apelar a la 'diversidad'.