Las últimas 24 horas han dado varios ejemplos de esta situación. Todo se inició con la cobertura, este lunes, de la rueda de prensa de María Dolores de Cospedal en Génova. Se estaba dando en directo.., justo hasta que llegó la primera pregunta sobre el caso Bárcenas. Curiosamente en ese momento… decidieron cortar. Una ‘casualidad’ que no se les pasó a los espectadores que veían el 24horas en ese momento… Lamentable era el calificativo de alguno.
Pero aún más enfado provocó entre los espectadores del supuesto ‘todonoticias’ lo sucedido con la cobertura del atentado de Boston. Una historia así se supone que debe ser la salsa, la justificación de la existencia de un ‘24 horas’. Sin embargo, el hecho desnudó al canal informativo de la pública, que quedó retratado en su anquilosamiento y falta de reflejos. No sólo a ojos de los espectadores. También a los del resto de la profesión periodística.
El enfado de la audiencia fue en aumento según pasaban los minutos. Algunos se quejaban de un hecho que no dejaba de ser irónico. Expulsados del Canal 24 horas encontraban refugio informativo en…¡MarcaTV!, que a pesar de contar con muchos menos medios supo reaccionar alrededor de un hecho deportivo y noticioso de primera magnitud. Algunos se acordaban de tiempos pasados y mejores, y pedían la vuelta del equipo anterior: "Si se me apareciera ahora un genio de la lámpara -escribía @virginiapalonso- pediría un deseo: que vuelva Fran Llorente a los informativos de TVE!".
Desesperados, muchos espectadores acudieron entonces al humor. ‘Lo bueno de TVE es que lo que no te cuentan los de Informativos, lo recogen y te lo cuentan después los guionistas de Cuéntame’. La vena del humor, humor ácido e irónico, daba para todo en twitter: ‘El Canal se llama 24 horas porque es lo que tardan en informarte’, decía otro. Y así durante horas...
Pero no parecen aprender Somoano y su equipo. La manipulación es interminable. Un último ejemplo. En el telediario de este martes esperaron hasta ¡el minuto 41! para dar la noticia que los demás medios consideraban, lógicamente, prioritaria por su calado: el informe del FMI en el que se advierte de un empeoramiento de las cifras de paro, PIB, déficit y deuda de España. Lo malo es que este goteo que desgasta su credibilidad se lleva con la de ellos, la de la televisión pública. A veces, hasta pareciera que lo hacen aposta bajo la estrategia del ‘cuanto peor, mejor’.
