El hormigón impreso en Madrid se ha puesto muy de moda, y se utiliza tanto en entradas de viviendas, garajes, terrazas y patios privados como en aceras, parques y otras zonas urbanas, aunque también puede usarse en fachadas y muros decorativos. Pero, ¿realmente da buenos resultados? ¿Es más barato que el pavimentado tradicional? Aquí te contamos todas sus ventajas.
¿Qué es exactamente el hormigón impreso?
El hormigón impreso es un tipo de pavimento decorativo que se utiliza en exteriores como alternativa a los suelos que se pavimentan piedra a piedra. Para hacerlo, se echa el hormigón en un encofrado que delimita el perímetro y posteriormente se alisa con reglas vibratorias y fratasadoras para conseguir una superficie lisa y compacta.
Sobre esa superficie de hormigón preparado y nivelado, se aplica aplica un desmoldeante (líquido o en polvo) para facilitar la impresión y, a la vez, añadir matices decorativos. Finalmente, cuando todavía está húmedo, se le imprime el patrón deseado estampando el que simula el tipo de pavimento deseado por el cliente y una capa de sellado para protegerlo.
Las ventajas del hormigón impreso
Este tipo de pavimento no tiene límites en lo que a formas y colores respecta, y este nivel de personalización es difícil de alcanzar en otro tipo de materiales. Gracias a su capacidad para imitar piedra, ladrillos o incluso madera (entre muchas otras opciones), se pueden crear proyectos realmente únicos.
Por ese motivo, es posible utilizarlo en tantos contextos: parkings y exteriores de centros comerciales, garajes, terrazas, aceras, hogares y muchas otras superficies. Pero, además de esta, tiene muchas otras ventajas, que desglosamos a continuación.
Es económico y rentable
Respecto al hormigón impreso, el precio es una de las dudas que más asaltan a quienes se plantean decantarse por esta solución. Para saber cuánto cuesta la instalación de este tipo de pavimento, hay que tener en cuenta que depende principalmente del tipo y grosor del hormigón empleado; la superficie total del proyecto; los materiales de refuerzo (como mallazo o fibra de polipropileno); los acabados aplicados (color, resinas o selladores); la preparación del terreno y la complejidad del diseño o estampado elegido.
Cada uno de estos factores influye en el coste final, situándose el precio medio general en torno a 18 €–25 €/m² para trabajos estándar que incluyen la preparación del terreno y los materiales y acabados estándar. Pavimentar con otros materiales, en cambio, puede oscilar entre los 22 € y 55 €/m² dependiendo de los acabados y materiales empleados.
Permite una amplia variedad de acabados
Otra de las ventajas del hormigón impresos es que se puede adaptar a los gustos y preferencias decorativas de prácticamente cualquier persona. Ofrece una multitud de acabados, formas y texturas en función de los moldes que se utilicen para crear el diseño del suelo en el hormigón húmedo, y también permite elegir numerosos colores.
Dado que hay que añadir el pigmento a la mezcla en el momento de aplicarlo, no hay problema en combinar diferentes pigmentos para obtener colores que ofrecen resultados finales espectaculares y originales. Por este motivo, además de usarse como pavimiento, también se usa como revestimiento de paredes y fachadas.
Es duradero y resistente
El hormigón impreso es uno de los materiales más duraderos que se pueden utilizar para hacer suelos y pavimentos gracias a su alta resistencia al tráfico. Por este motivo es un material tan popular a la hora de hacer caminos de entrada a zonas residenciales y aparcamientos en las propias viviendas o en grandes superficies comerciales.
Además, es un elemento decorativo que puede soportar continuos cambios de temperatura y de condiciones climáticas, resistiendo tanto la fuerza de los rayos UVA como tormentas y aguaceros, incluso heladas. Con una buena aplicación y dándole un buen uso, un suelo de hormigón impreso puede durar más de veinte años.
Se instala rápido
Instalar hormigón impreso es rápido y sencillo. Aunque los moldes con patrones y formas geométricas más complejas puedan tardar un poco más de tiempo, los plazos de instalación se reducen en comparación con otras alternativas del mercado, ya que siempre se tarda menos en extender el hormigón y aplicar el patrón que en colocar piedra a piedra o baldosa a baldosa.
Además, no hay que utilizar crucetas ni rellenar los espacios entre las distintas piezas porque ya se hace automáticamente al aplicar el molde, lo cual también facilita el proceso y reduce los tiempos.
Apenas requiere mantenimiento
El hormigón, además de por su durabilidad y resistencia, es un material que se caracteriza por no ser precisamente delicado, y no es necesario realizar labores de mantenimiento tediosas y específicas para evitar su desgaste.
Con limpiar la superficie de vez en cuando para evitar que se acumule la suciedad y renovar la capa de sellado cada dos o tres años (especialmente si hay mucho tráfico de coches o motos por el pavimento), es más que suficiente.
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