El 25 de noviembre es el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer en todo el mundo y Cosmo continúa con su firme compromiso contra la violencia de género. Por ello, y coincidiendo con esta fecha, el canal estrenará en televisión el cortometraje 'Los chicos', escrito y dirgido por Jaime Dezcallar, a las 22:00 horas. La película pretende denunciar, a través de un grupo de jóvenes como protagonistas, una forma de violencia machista que está más normalizada de lo que muchos piensan: la prostitución. ElPlural.com ha tenido la oportunidad de reflexionar con el director sobre temas tan importantes como la cosificación de la mujer en el cine, la romantización de la prostitución o algunos temas de actualidad en los que el machismo está más que intrínseco, como es el caso de las muñecas hinchables que llegaron hasta Ferraz para representar a las ministras del Gobierno a través de algunos de los manifestantes.

La trama de 'Los chicos' está protagonizada por un grupo de jóvenes de entre 18 y 20 años que se reúnen en una casa para celebrar el cumpleaños de Javi, un chico tímido e introvertido. Sus amigos deciden contratar los servicios de Sara, una joven prostituta que irrumpe en la fiesta ante la mirada de los chicos. Inicialmente nervioso, el cumpleañero termina aceptando el regalo que dará lugar a su primera vez, un momento que ha visto en vídeos en repetidas ocasiones, al igual que sus amigos, a través del porno. El largometraje refleja una realidad cuanto menos preocupante: uno de cada diez jóvenes ha pagado por mantener relaciones sexuales en España. Su director, Jaime Dezcallar, se mostró muy sorprendido ante esta realidad mientras realizaba las labores de documentación necesarias: "Yo tenía en mi cabeza la imagen del putero, del cliente de prostitución como un señor con un whisky en una mano y un puro en la otra y, de repente, vi que no, que la clientela de la prostitución había bajado muchísimo en edad y era mucho más popular entre chavales de 18 a 20 años", cuenta.

Tal y como el mismo señala, "la falta de educación emocional y sexual" así como "la normalización de la pornografía violenta y la cosificación de la mujer" dan lugar a que la violencia machista aparezca cada vez entre las generaciones más jóvenes. La Agencia Española de Protección de Datos afirma que la edad media del primer acceso a la pornografía en España se sitúa entre los 9 y los 11 años, y es algo normalizado a partir de los 14. La industria del cine también ha contribuido a perpetuar la imagen de la mujer como un ente pasivo a través de personajes que, en la mayor parte de las ocasiones, se ven relegadas al papel de acompañante del protagonista masculino o son estereotipadas como la "guapa", la "mala" o la "tonta" de la producción. "Hay un antes y un después del Me Too. Es verdad que venimos de unos parámetros que son machistas y seguramente, dentro de 20 años, nos vean a nosotros y piensen que, en comparación, somos más machistas ahora". 

Dezcallar también opinó sobre un desafortunado suceso que sucedía en nuestro país días antes de la investidura de Pedro Sánchez. En una noche más de protestas, algunos de los manifestantes de Ferraz se desplazaban hasta la sede del PSOE alzando decenas de muñecas hinchables con las que pretendían representar a las ministras del Gobierno. Arropados por el resto de los presentes, gritaban al unísono proclamas como: "Aquí están las prostitutas del PSOE", "Estas son las ministras del PSOE" o "No es una sede, es un puticlub". El director, que se refería a ellos como el "mundo hooligan", se mostraba muy tajante y aseguraba que "flaco favor se hacen a ellos mismos": "No se puede esperar mucho de lo que se ve ahí. Me parece que hace mucho ruido, pero creo que es esta cosa grupal, en la que el individuo se disuelve y forma parte de una masa enfurecida y a partir de ahí empieza a decir barbaridades y a insultar". Dezcallar achacaba estos actos al "efecto masa":  "Me imagino que luego aislas a estos individuos, y serán más o menos tarugos, pero no creo que digan estas barbaridades tan alegremente, pero el efecto grupo hace que cuando la gente está cabreada salga por lados que a mí me parecen hasta surrealistas. No sé qué intereses tendrán o qué querrán conseguir con ello, pero me imagino que al resto de la sociedad nos repele", decía. 

A lo largo de la historia, en el mundo de la novela o en el del cine se ha retratado la prostitución como "una cosa residual de la sociedad, marginal y muy victimizada", en la que las mujeres tenían que ser "salvadas", lo que ha culminado en su estigmatización e incluso romantización. "La realidad es que cualquier persona puede ser una prostituta, no hay unas características determinadas", decía el director. A través de 'Los chicos', Dezcallar no solo busca generar emociones, sino que hace un llamamiento a la reflexión de una sociedad que debe dejar de apartar la vista a un lado: "En mi vida era un tema sobre el que yo miraba mucho de reojo e imagino que a mucha gente le pasa como a mí. Y si de repente te lo plantean y te obligan a pensar dos minutos sobre ello es un tema sobre el que merece reflexionar para ver lo que estamos haciendo", concluía.