La presencia de Israel en el festival europeo de la canción, más conocido como Eurovisión, se encuentra a día de hoy pendiendo de un hilo, aunque no por el reclamo de algunos artistas, partidos políticos y movimientos sociales europeos de expulsar a Israel del festival debido a la invasión que ejerce sobre Gaza desde el mes de octubre, sino porque la canción con la que Israel va a acudir al certamen contiene, a juicio de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), “mensajes políticos”.

Así informa el medio israelí Ynet, la UER está estudiando esta posibilidad de vetar la canción, que no al país como si hiciera con Rusia en 2022 con la invasión a Ucrania. Un movimiento que ya ha obtenido respuesta por parte de Israel: “No cambiaremos la letra ni la canción, incluso a costa de que Israel no participe en Eurovisión”.

Si bien es cierto que la canción no se conocerá hasta mediados del próximo mes de marzo, el nombre ya da una ligera idea sobre el tema al que se va a referir la interpretación que haría, si finalmente puede, la cantante Eden Golan sobre el escenario de Malmo, en Suecia: ‘October Rain’ (lluvia de octubre en español). No es casualidad, ya que fue en octubre, concretamente el 7 de ese mes, cuando se produjo el ataque de Hamás en territorio israelí que dejó 250 muertos y dio paso a la ocupación israelí en la franja de Gaza.

Desde Israel aseguran que la decisión sobre la letra de la canción no es definitiva, ya que se están produciendo negociaciones entre ambas partes. Un diálogo acotado por el ministro de cultura del país, que ha pedido a la organización del festival que actúe de forma “profesional y neutral” y que no permita que “la política influya en el arte”. “La canción de Israel es una canción que expresa los sentimientos de la gente y del país en estos días, y no es político” ha espetado el ministro de cultura Miki Zohar al calificar el movimiento de “Escandaloso”.

Movimientos de oposición contra la presencia de Israel en el festival

Desde que comenzó la invasión israelí sobre Gaza, y a medida que se acerca el festival, el movimiento contra la presencia del país hebreo en Eurovisión ha ido creciendo. El pasado mes de enero, más de mil músicos de Suecia, país anfitrión del festival, firmaron una carta abierta a la UER pidiendo que se excluya a Israel por su “guerra brutal en Gaza”.

En la carta, publicada en el diario sueco 'Aftonbladet', los firmantes sostienen que, permitir que Israel concurse, la UER “está mostrando un notable doble rasero que socava la credibilidad de la organización”, y recuerdan que en 2022 Rusia fue excluida por la invasión de Ucrania y en el 2021 no se admitió a Bielorrusia por vulneración de la libertad de prensa.

Desde la política, varios grupos políticos del Parlamento Europeo han solicitado a la UER que excluyan a Israel del festival asegurando que “su participación blanquea a un régimen que está ejecutando una limpieza étnica en Palestina, señalan en una carta enviada al organismo europeo.

En la política española fue Podemos quien se ha hecho eco de las reivindicaciones presentando su líder, Ione Belarra, una Proposición no de ley para su debate ante el Pleno del Congreso. En dicha convocatoria, la formación morada se dirige al Gobierno, al ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y también a RTVE, nombrando y destacando el importante papel en la UER de la jefa de la delegación española, Ana María Bordas, que promuevan la expulsión de Israel del festival.

Hay precedentes

No sería la primera vez que ocurre algo similar debido al contenido político de las canciones que presentan los países europeos al certamen. Ya conocimos en 2022 la firmeza de la UER para expulsar del festival a Rusia debido a la invasión que emprendió en febrero de ese mismo año sobre Ucrania, y que contó con la unanimidad de las naciones europeas.

Pero existen precedentes en Eurovisión que han obligado a algunos países a cambiar las letras de sus canciones por contenido político, incluso ha habido casos de expulsión, como es el caso de Georgia en el año 2009 a causa de la canción “Put In”. El tema georgiano “We Don’t Wanna Put In”, en clara alusión al apellido Putin, obligando a los organizadores del concurso pidieran a Georgia descartar la canción o reescribir su letra. Georgia se negó y por tanto no pudo participar en el certamen.

Bielorrusia es otro caso similar. En 2021 fue expulsada del festival por su canción ‘I’ll tech you’ de Galasy ZMesta, por criticar a la oposición al dictador bielorruso, Alexandr Lukashenko. “Se concluyó que la canción pon en cuestión la naturaleza no política del concurso”, señalaron desde la organización. El líder del grupo Dmitri Butakov comentó que Minsk podría renunciar a participar en Eurovisión pero no le dio tiempo ya que fue expulsada previamente.

Por ultimo hay que destacar que España también se vio afectada por esta norma en 2008, cuando el humorista Rodolfo Chikilicuatre se presentó al festival con su canción “Chicki Chiki”. España se vio obligada a cambiar la letra, en concreto en las alusiones a Zapatero y Rajoy. El cambio quedó “lo baila José Luis, lo baila Mariano”, un cambio mucho más divertido que los comentados previamente.

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