El camino de Melody hacia Eurovisión 2025 ha sido una montaña rusa de emociones, expectativas y proyecciones mediáticas. Desde que ganó el Benidorm Fest con su tema “Esa Diva”, la cantante sevillana —conocida desde niña por éxitos como “El baile del gorila”— ha vuelto a ocupar un lugar central en el panorama musical español. Su candidatura generó una ola inmediata de entusiasmo: por un lado, nostalgia entre quienes la vieron crecer artísticamente desde principios de los 2000; por otro, una reivindicación de su evolución como intérprete madura, con una propuesta escénica sólida y contemporánea.
La elección no estuvo exenta de polémica: hubo quienes criticaron el nivel de la canción o cuestionaron si era una opción competitiva para el certamen europeo. Sin embargo, el voto popular fue contundente, y Melody se alzó con el billete a Basilea. Desde entonces, su preparación ha sido constante, con viajes promocionales, nuevas versiones del tema y un notable esfuerzo por conectar con el público internacional.
“Esa Diva”, compuesta por Dangelo Ortega y producida por Rayito, es una canción que abraza el pop electrónico con influencias latinas y un mensaje de empoderamiento. En su letra, Melody reivindica la fuerza de las mujeres que se levantan cada día para luchar por sí mismas, sin necesidad de aprobación externa. El tema ha sido interpretado como un guiño tanto al universo eurovisivo —donde las divas tienen un lugar simbólico— como a las propias experiencias de la artista. La puesta en escena, con coreografía intensa, estética dorada y una iluminación sincronizada con la percusión, fue clave para su victoria en el Benidorm Fest. Críticos y eurofans valoraron su carisma, seguridad escénica y la capacidad de conectar con el público, elementos fundamentales para una actuación eurovisiva de alto impacto.
A nivel internacional, sin embargo, la acogida ha sido más fría. Las casas de apuestas no han favorecido a España en esta edición. En los primeros rankings previos a la final, Melody figuraba en el puesto 33 de 37 participantes, lo que generó cierta alarma en medios y foros especializados. Aunque posteriormente lanzó una versión revisada de “Esa Diva” con más fuerza en los coros y una producción más pulida, la mejora en las predicciones ha sido limitada. La falta de impacto mediático fuera de España, sumada a una competencia fuerte en la edición de este año, parecen haber lastrado sus opciones.
Aun así, dentro de España, el apoyo a Melody no ha disminuido. La comunidad eurofan ha desplegado una campaña de respaldo sin precedentes: viajes organizados a países limítrofes para votar en la app oficial, retransmisiones en plazas públicas, carteles con su imagen en ciudades andaluzas. En Dos Hermanas, su ciudad natal, el fervor recuerda al que generaban las figuras eurovisivas clásicas como Massiel o Rosa. Este respaldo nacional es una inyección de moral, aunque no garantiza puntos en el televoto internacional.
El 17 de mayo, en Basilea, Melody saldrá al escenario en sexta posición. No es un mal lugar: evita abrir la gala, pero tampoco queda relegada al olvido del final. La pregunta, sin embargo, sigue en el aire: ¿bastará su actuación para conquistar a Europa?
