No se cortan. En el Gobierno valenciano están empezando a dar las primeras señales de que están dispuestos a echar 'imaginación' para intentar escapar del agujero en el que se han metido con el cierre de Canal Nou. Y lo que se va conociendo demuestra pocos complejos. Se procedía en Les Corts valencianas el debate sobre el cierre de Canal Nou. Hablaba el vicepresidente de la Generalitat, José Císcar. Y entonces dejó caer la perla: ahora que se ha cerrado la televisión pública, el Consell dispone de 5 millones de euros para promocionar el valenciano, explicó.

El vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, en el Pleno de Les Corts, donde ha anunciado que "hay dinero" para los medios que promocionen el valenciano. Foto EFE



¿Dinero público para comprar voluntades y silencios?
"¡Venga..., a comprar voluntades!", se escuchó en los banquillos de la oposición a modo de reacción. Porque ese dinero se dedicaría, claro, a los demás medios, televisiones privadas especialmente, que emiten y se publican en Valencia. Fuentes parlamentarias declaran a ELPLURAL.COM su repugnancia a que "se utilice el dinero público ahora para aprovecharse de la situación económica crítica que los medios de comunicación, como en todas partes, tienen en Valencia y comprarse silencios o comentarios menos contrarios".

Porque, recuerdan estas fuentes, ese dinero para la promoción del valenciano sólo puede ser dirigido hacia los medios de comunicación. Y al no estar reglado cómo se repartiría, su reparto podría servir para 'comprar' simpatías. Este jueves, en su portada el diario Levante ya titulaba "El Consell cubrirá con TV privadas la misión de divulgar la lengua que cumple Nou".

La 'contaminación' entre el cierre de Canal Nou y el dinero que ese hecho ha puesto en movimiento ha tenido incluso efectos 'mortales' colaterales. El propio Levante cuenta cómo se cerró en antena un programa de Radio 7, llamado "Por la tarde que no es poco", porque su conductor, mientras que sostenía una tertulia con los portavoces parlamentarios de los grupos de la oposición encargados de este asunto, llamó al vicesecretario general y le preguntó sobre "la inflación de la plantilla hasta los 1.700 trabajadores en la etapa popular cuando se escuchó una voz de fondo que decía "burro, què fas?" o "estàs bé del cap?"". Después, en directo, el presentador narró cómo "ha entrado alguien que no podemos explicar y nos cierran el programa" ¿Por qué todo esto? Radio 7 pertenece al Grupo Mecomlys, socio de las productoras Endora y Videac, que se habían quedado con la programación privatizada de Canal Nou y por lo que ahora percibirán una indemnización de 1,5 millones de euros que tiene que pagarles la Generalitat.

El trabajador que sea 'bueno', se podría recolocar en un nuevo canal
Pero esa promesa de dinero para los medios de comunicación no es la única forma que tienen desde el Gobierno Fabra para 'apagar el fuego que han encendido'. También  los trabajadores del propio Canal Nou han comenzado, según le dicen a este periódico en fuentes de la televisión valenciano, a recibir insinuaciones con las que buscan romper la unión que hasta ahora había entre ellos. En este caso en forma de insinuación: 'el que se porte bien podría recolocarse en la televisión privada que herede los servicios de Canal Nou'.

"Un engaño desvergonzado", nos dicen en fuentes del propio Canal Nou, porque ninguna televisión va a poder nacer, no al menos en los próximos 12 o 15 meses, en el hueco que deja el canal autonómico. En estos momentos, nos han explicado, sólo hay dos canales adjudicados en Valencia. En ambos casos concesiones del PP a 'grupos amigos'.

Canales a 'empresas amigas' que no cumplen los requisitos de la concesión
Uno, concedido a la COPE, que se llama Mediterráneo TV, con un seguimiento tan raquítico que ni siquiera aparece en los estudios de audiencia. El otro canal, dado a Vocento, lo que en Valencia es decir al diario Las Provincias, no emite desde hace años más que programas de 'teletienda' y de 'tarot'. Ambos incumplen los requisitos que se pusieron para la concesión, tanto en horas de producción propia como de emisión en valenciano..., a pesar de lo cual nunca se les ha abierto expediente alguno.

Un tercer apoyo están buscando en el Gobierno Fabra, y que justificaría, como les contamos en este periódico hace días, el entregado apoyo por ejemplo de Pedro J. Ramírez al cierre de Canal Nou: la de insinuar que la gestión del servicio que prestaba el Canal autonómico podría ser 'privatizado'. Bulos corrían esta mañana por Valencia de que la favorecida sería en ese caso Unidad Editorial, empresa matriz de 'El Mundo'. En realidad una salida más que complicada incluso desde el aspecto legal, ya que tendría que explicarse con mucho detalle cómo es viable un canal si es privado, pero no si es público.