La periodista Rosa Villacastín ha valorado para ElPlural.com las informaciones que se han conocido estos días sobre el cumpleaños del rey emérito que ha contado con las infantas Cristina y Elena, así como sus hijos y un numeroso grupo de amigos. 

"Ha ido la gente que le quiere, que sigue manteniendo con él una buena relación, como Carlos Herrera, que son personas que van a verle continuamente. Otra cosa es que el rey emérito, en la situación que está debería o no dar una fiesta como esta. Quizás eso sea más criticable, no que vayan los amigos. A mí no me parece mal", resume la periodista en declaraciones a este medio.

Además, explica que no cree que las imágenes difundidas puedan ser una afrenta a su hijo Felipe VI: "Yo no creo que sea un órdago a Felipe VI porque el otro día, en el cumpleaños de la infanta Elena estuvieron juntos y celebraron una comida. No es un órdago como el que hizo las primeras veces que vino a Sansenxo. Si vive allí, pues dónde lo va a hacer. No se va a ir a Suiza con Corinna".

"A mí me parece que es normal, es una edad en que querrá celebrarlo. Yo celebré mis 50 cumpleaños que no te puedes imaginar. De estos amigos unos van habitualmente y a otros no los ve desde hace tiempo. Entra dentro de la normalidad, que quiera ver gente a la que quiera", insiste, recordando sus primeras reapariciones en Sanxenxo, que considera que sí estuvieron fuera de lugar."Tendría que haber sido más discreto, mucho más discreto. Pero bueno, también es que se está normalizando que venga de visita a España y ya la gente lo ve como la cosa más natural del mundo", explica avisando que "no sabemos quién paga el festejo". "Puede ser el emir o él. Se lo paga o se lo regalan. Tampoco sabemos como son sus finanzas allí y quién paga la casa. Nada de nada", explica sobre la opacidad que existe desde que se fue de España.

Sin la reina Sofía

"Él ha querido estar con su familia, pero me llama la atención que no haya ido la reina Sofía", explica Rosa Villacastín al ver las imágenes publicadas este miércoles en una revista. "Me sorprende porque se han visto. Quiero decir, que se han visto el otro día en la comida que dio la infanta Elena. Es raro que no haya ido a un acontecimiento como este teniendo en cuenta la edad que tiene el emérito, que no está celebrando los 20 años. Está celebrando su cumpleaños ya a una edad avanzada. A lo mejor también es una actitud de la Reina Sofía que yo he echado de menos, no ahora, sino cuando empezaron a salir todos los escándalos del rey de haberse plantado hace ya mucho tiempo. A lo mejor también lo hace de acuerdo con su hijo, con el rey, pero han estado todos la comida que dio la Infanta Elena", finaliza.

Así fue la fiesta

A tenor de las imágenes, los invitados posaron frente a un árbol de Navidad decorado en rojo y blanco y con una bandera gigante de España flanqueando la puerta hasta el techo. También se vio una exhibición de lujo. Para comprobarlo, basta con observar en la revista algunas de las joyas que lucen la infanta Elena -con un modelo azul marino y un collar-fular de topacios azules e iolitas, diseñado por Elena Carrera-, Victoria Federica -con un diseño de Charo Ruiz-, o su prima Irene -con joyas de Coosy-. A través del texto y las fotos publicadas por la revista ‘Hola’, se conoce que los invitados hicieron la travesía en barco desde Abu Dabi y atracaron en “la isla donde vive Juan Carlos”.

Según la revista, la fiesta empezó con un almuerzo en uno de los restaurantes del hotel 'Four Seasons' de Abu Dabi y acabó con un concierto privado a cargo de Los del Río. Entremedias, un cóctel seguido de un bufé a base de producto local que lo preparó una empresa de catering de los Emiratos y se sirvió en diferentes espacios.

La revista ‘Hola’ también sostiene que terminada la cena, las infantas Elena y Cristina se ocuparon de sacar la tarta con cobertura de fondant y el escudo de su padre estampado, en la que sobresalía también una fotografía suya a bordo del ‘Bribón’, el barco que se vio inmerso en la investigación contra el emérito. Y es que en septiembre de 2017, Juan Carlos I utilizó 440.000 euros de origen opaco para pagar un vuelo privado a toda su tripulación a Canadá, donde se disputaba la copa del mundo.