La amnistía y el término 'lawfare' se ha convertido en el tema político de los últimos meses del año. Hace unos días, la periodista Ana Rosa Quintana, relacionada en numerosas ocasiones por el policía Villarejo, corrupto y que trabajaba para las cloacas del Estado, no se ha cortaba a la hora de responder con firmeza al ataque que lanzaba horas antes Miriam Nogueras, la portavoz de Junts en el Congreso, desde la tribuna del parlamento.

Fue entonces cuando la política aseguró que hay que "poner nombres y apellidos" a quienes, bajo su criterio, han contribuido "de forma consciente a a una macroperación contra el independentismo catalán".

"Entiendo que personas como Ana Rosa Quintana, Mauricio Casals o Ferreras y sus altavoces se puedan sentir aludidos con esta intervención", aseguró Nogueras en el Congreso de los Diputados. La política también puso en la diana a jueces y policías. Según la portavoz independentista, todos ellos deberían ser "juzgados y cesados" por "atacar a Cataluña", algo que califica como una "estafa".

La presentadora no pasó por alto las incendiarias palabras de la diputada de Junts y quiso hacer un alto en TardeAR. "A mí, la verdad, es que me la sopla", dijo Ana Rosa después de que el programa emitiese la alocución de la portavoz del partido nacionalista, arrancando un aplauso en plató. "Lo que diga esta señora me da lo mismo porque está haciendo de portavoz de su jefe, que es todavía un delincuente, luego le amnistiarán, pero todavía es delincuente, huído de la justicia, huído en un maletero, que es una cosa muy fea porque por lo menos Junqueras tuvo la dignidad de quedarse y estar con los suyos", exponía.

"Dicho esto, lo que diga esta señora me da absolutamente lo mismo, pero me preocupan los cómplices. Me preocupa que esté ahí diciendo esto y que haya un Gobierno entero, que haya muchísimos diputados y que todos están callados y en silencio. Eso es lo que me preocupa. Si ya lo dijo Rufián: las siete monedas de plata", concluía respondiendo a Nogueras.

El favor de un juez para evitar ser grabada

Lo cierto es que, si revisamos la hemeroteca, Ana Rosa Quintana tiene experiencia recibiendo el favor de jueces. Fue el 24 de marzo de 2011. Ana Rosa Quintana, Nacho Abad y otros tres trabajadores del ya extinto El Programa de Ana Rosa tuvieron que acudir a declarar. Unos días antes, el 25 de febrero, emitió "la entrevista que todo periodista querría dar", según sus propias palabras.

Sentó en su programa a Isabel García, sufría esquizofrenia y un retraso mental para que señalara a Santiago del Valle como culpable del asesinato de Mari Luz Cortés. La afirmación era cierta y fue una gran exclusiva. Santiago del Valle, condenado a más de veinte años de prisión. El asesino de la pequeña intentó abusar sexualmente de la niña, pero ante su resistencia la agarró por el tórax, le tapó la boca y la golpeó varias veces con fuerza en la cabeza. Con la pequeña inconsciente, se deshizo de Mari Luz Cortés, que estaba inconsciente, junto a su hermana Rosa para acudir a una zona de marismas, dejando a la niña en el agua boca abajo y parcialmente sumergida donde murió por asfixia.

El mismo día de la entrevista, ​la mujer de Santiago del Valle ingresó en prisión tras declarar en El programa de Ana Rosa que su marido había matado a Mari Luz. Una cuestión y confesión de los hechos que había negado anteriormente.​ Días más tarde el periódico El Mundo denunció el trato que recibió la entrevistada por parte del equipo del programa y poco después la periodista Ana Rosa Quintana resultaba imputada por el mismo. Finalmente fue exculpada, pero para ir al juzgado tuvo el favor del juez.

Un mes y un día después de emitir la entrevista, fue llamada a declarar por el Juzgado de Instrucción número 43 para dar cuenta de cómo se había producido esa entrevista en el programa entonces producido por Cuarzo. Tras la información del diario, decenas de periodistas la esperaron un día entero apostados en la entrada de los tribunales de Plaza de Castilla. Sin embargo, Quintana los burló evitando los accesos por los que deben entrar y salir todos los ciudadanos recibiendo un trato especial.

Y es que, tal y como publica el citado medio, el magistrado del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid la transportó en su vehículo para que Quintana evitara tanto los micrófonos como las cámaras.

Quintana compareció una hora y media ante el juez y abandonó, de nuevo el juzgado en un todoterreno plateado con lunas tintadas. Un favor que recibió de uno de los jueces y que no es la vía que seguiría cualquier otra persona no detenida que no sea juez, fiscal o funcionario de los tribunales. No obstante, las otras cuatro personas llamadas a declarar sí utilizaron la entrada que usa cualquier ciudadano sin tratos especiales ubicados en Plaza de Castilla.