La inteligencia artificial (IA)  protagoniza los espacios de tecnología ofreciendo novedades a cada segundo. La feria en Las Vegas CES, el evento sobre tecnología de consumo más importante de los Estados Unidos, ofreció toda una serie de inventos tecnológicos en donde la inteligencia artificial abarcó la mayor parte del interés. La inteligencia artificial ha venido para quedarse y está en más lugares de los que pensamos. IA es la posibilidad de que Youtube elija los vídeos que sabe que van a gustarte, son los asistentes virtuales que se instalarán en el coche para cumplir órdenes o la nueva plataforma para los hogares de LG con la que no tendremos que leer ningún manual de instrucciones: con solo pedirlo la nevera o la televisión sabrán qué es lo que tienen que hacer.

La IA evoluciona a pasos de gigante y casi sin darnos cuenta. Tanto es así, que algunas voces apocalípticas anuncian, desde hace tiempo, la posibilidad de que la tecnología evolucione tanto que acabe realizando funciones que solo le han correspondido a la especie humana. La alarma ha llegado incluso al Parlamento Europeo, que asustado por la posibilidad de que los robots del futuro lleguen a revelarse contra el hombre, han pedido que se les incluya un 'botón de muerte' con el que poder 'desconectarlos' en caso de peligro.

En algunos ámbitos, la tecnología ha superado al hombre y ya le ha batido en duelo consiguiendo cosas que para un humano serían imposibles. Sobre esto, hay datos que solo los que juegan al casino online entienden, ya que en 2015 el programa Cepheus logró alcanzar un porcentaje de victorias del 95% tras dos meses jugando con 4.000 ordenadores simultáneamente. Cepheus pudo triunfar jugando al poker online gracias a las posibilidades de aprendizaje y de análisis que realiza su algoritmo, el cual es capaz de aprender de sus propios errores. Dos años más tarde, otro algoritmo llamado Libratus triunfó en un casino real, el Rivers Casino de Pittsburgh, ganando en una maratón de poker contra 4 de los mejores jugadores del mundo.

Por su lado, Nissan está trabajando para que la tecnología consiga uno de los deseos del ser humano: leer la mente. En concreto, el trabajo está enfocado para que el coche consiga leer el cerebro del conductor para, de esta forma, poder prevenir accidentes. Con tan solo una advertencia 1,5 segundos antes de la colisión se podrían prevenir el 90% de los sucesos. Por otro lado, el gigante asiático Alibaba ha diseñado un modelo de aprendizaje artificial que ganó en una prueba de lectura de la Universidad de Standford, lo que demuestra que la tecnología puede aprender de forma efectiva. También, la ciencia enfocada a la salud está desarrollando  tecnología humanizada  para que sea capaz de aprender a partir de anotaciones científicas y el historial del paciente, siendo señalado por algunos como los médicos del futuro.

Aún así, aunque sea evidente que el desarrollo de la tecnología hará inevitable que las máquinas comiencen a sustituirnos en muchos oficios, abundan los pronóstico optimistas que señalan que la IA traerá más nuevos empleos de los que destruirá. En concreto, la consultora Gartner ha señalado que para el 2020 se crearán unos 500.000 empleos relacionados, directamente, con la inteligencia artificial: programadores, inventores, diseñadores o expertos en lingüística computacional. Pero además, aquellos trabajos en los que hay creatividad o en los que se necesita interactuar con seres humanos estarían fuera del peligro de ser reemplazados por máquinas, ya que es necesario saber gestionar las emociones.

Parece así, que sea la inteligencia emocional lo que nos diferenciaría de la inteligencia artificial. Pero si miramos la rapidez con la que se está desarrollando, ¿podemos pensar que la tecnología se ha olvidado o no ha sabido desarrrollar la inteligencia emocional en sus producciónes? La conclusión es que no, lo que aún no sabemos es hasta donde podrá llegar.

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es un término que fue popularizado por Daniel Goleman y que estaría formada por cuatro dimensiones:

-Autoconciencia: es la capacidad de conocernos y de estar conectados con nosotros mismos y comportarnos siempre según nuestros valores.

-Automotivación: la capacidad de gestionar el estrés y de volver a dirigirnos hacia nuestras metas cuando sucedan percances.

-Empatía: es la capacidad para ponernos en el lugar del otro.

-Habilidad para conectar: capacidad para comunicarnos y llegar acuerdos con los demás.

Estos rasgos, que definirían a la inteligencia emocional, son habilidades imprescindibles para poder progresar en la carrera profesional. Si antes la única preocupación era estar bien formado a nivel intelectual o el conocimiento de idiomas, la inteligencia emocional es considerada como una de las llaves imprescindibles que serán demandadas en el ámbito laboral del presente y el futuro. La inteligencia emocional puede salir victoriosa en situaciones donde cualquier título o diploma no sabría ni por dónde empezar, como en el ámbito de la negociación, en la resolución de los conflictos o el poder dirigir una empresa sabiendo cómo tratar a cada uno de tus empleados.

Como no podía ser de otra forma, la inteligencia artificial ya ha dado sus primeros pasos para dotar de inteligencia emocional a la tecnología. El robot Pepper ha sido diseñado para leer lo que expresamos con el lenguaje no verbal, es decir, lo que comunicamos con nuestros gestos y nuestro cuerpo. La tecnología de esta máquina, con forma humanoide, está compuesta por una cámara y múltiples sensores para interpretar, de forma correcta, nuestros sentimientos. Además, Pepper habla y está dotado de lenguaje corporal que ayuda a que los humanos puedan entenderlo mejor. Por sus cualidades, Pepper es un robot ideal para trabajar de cara al público y, por eso, empresas como el banco WiZink ya trabajan con él para dar servicio a los clientes.

España tiene su propio 'robot emocional', el Aisoy 1, diseñado por la empresa española Aisoy Robotics y que es capaz de mantener diálogos fluidos dependiendo del contexto y de cómo esté su interlocutor; Aisoy 1 es capaz de aprender de lo que tiene alrededor. Por sus cualidades ha sido bien recibido en entornos de aprendizaje y como acompañamiento de personas que necesitan atenciones especiales.

Estos dos ejemplos pueden mostrar que la inteligencia emocional se está incorporando a la inteligencia artificial sin grandes problemas. Podemos pensar que, en unas décadas, tendremos máquinas como médicos, profesores o incluso jefes. O quizá, haya algún aspecto de la inteligencia emocional que la tecnología no pueda alcanzar en el futuro; o puede que, finalmente, no sean las emociones las que nos separen de las máquinas o incluso, es posible, que algún día en el futuro la diferencia entre ellas y nosotros no llegue a estar tan clara...