Escondida, casi atrapada, dentro de un bidón de plástico y desnuda. Así encontró la Guardia Civil a María, la madre que asesinó en Godella a sus dos hijos: Amiel, de tres años y medio, e Ixchel, de cinco meses. La mujer fue localizada el jueves, cuando los cuerpos de seguridad se movlizaron por la desaparición de los niños, gracias al trabajo de Scot, un pastor belga de la Benemérita especializado en la búsqueda de personas vivas.

La mujer fue localizada a las 13:00 horas dentro de un bidón de plástico a un kilómetro de su casa en Godella, donde vivía como okupa con su pareja y los dos niños asesinados, en un momento captado en vídeo por la Guardia Civil y publicado en Levante.

 

Cuando los agentes la encontraron, la mujer tenía arañazos y heridas por el cuerpo, tartamuedaba y se mostraba desorientada, hasta el punto de que sus explicaciones carecían de toda coherencia y lo único entendible que dijo es que su marido le había pegado: ni una palabra sobre sus hijos.

La mujer fue llevada por los agentes al cuartel de Moncada, donde apenas colaboró al principio. Los agentes de homicidios se quedaron a su lado durante cuatro largas horas, con la esperanza de ganarse su confianza y poder encontrar a los niños con vida en una búsqueda contrarreloj.

Tras varias horas hablando de sectas y persecuciones, María consiguió aparcar su paranoia y confesar que había enterrado a los dos niños. Afirmó que los había encontrado ya muertos y que decidió sepultarlos, asustada, porque "pensé que me iban a acusar a mí de haberlos matado".