Hace cincuenta años, Cipriano Martos moría solo, en una cama de hospital de Reus, con ácido en el estómago. Su familia desconoce aun si él mismo lo ingirió o si le obligaron a tomarlo durante sesiones de torturas. Cipriano, inmigrante granadino en Cataluña, fue torturado en agosto de 1973, por ser militante del Partido Comunista de España. Medio siglo después, sus restos han sido llevados e inhumados en su tierra, en el pueblo granadino de Huétor-Tájar.

Hallado e identificado por la Generalitat 50 años después

La Generalitat de Cataluña, dentro de su plan de fosas y el programa de identificación genética, logró localizarlo, inició los trabajos de exhumación del joven militante del PCE en una fosa del cementerio de Reus el pasado otoño. En enero, el presidente de la Generalitat, reveló que los arqueólogos habían hallado los restos de un cuerpo compatible con la descripción física de la víctima. Tras distintos análisis de los restos hallados, el 22 de febrero se confirmó que los restos eran a Cipriano Martos, el joven inmigrante antifascista que fue detenido y torturado salvajemente en verano de 1973 en Reus. Desde ayer sus restos descansan en su pueblo tras una ceremonia muy emotiva. Los restos de Cipriano Martos descansan ya en el panteón familiar de su localidad natal granadina, Huétor-Tájar. Sus allegados, con su hermano Antonio al frente, llevaban 50 años esperando este momento.

Enterrado clandestinamente en una fosa común del cementerio de Reus

El fallecimiento de Cipriano Martos se produjo el 17 de septiembre de 1973 en el Hospital de Sant Joan de Reus, localidad tarraconense en la que el joven fue detenido. Fue enterrado clandestinamente el 20 de septiembre de 1973 en una fosa común del cementerio de Reus, propiedad del Ayuntamiento. Las autoridades franquistas impidieron que la familia y allegados pudieran acudir al camposanto y estar presentes en la inhumación. Tampoco dejaron que su cuerpo regresara a su Granada natal. Muchas circunstancias extrañas para una, también, extraña muerte.

Versión franquista de “suicidio”

El joven, que contaba con poco más de 30 años cuando falleció, fue detenido el 25 de agosto de 1973. Solo 48 horas más tarde fue ingresado en el hospital con carácter muy grave. El 17 de septiembre falleció. La versión que las autoridades franquistas dieron fue que Cipriano Martos se habría suicidado. En todo caso, quedó comprobado que no fue atendido en el hospital como a cualquier otro enfermo, que se le impidió entrevistarse con un abogado, que su familia no fue avisada y, finalmente, que la justicia no hizo nada por esclarecer los extraños hechos. Durante los veinte días de su agonía en la sala de beneficencia del hospital, fue vigilado permanentemente por la Guardia Civil. Su madre y su hermano intentaron verlo, sin éxito, porque no lo permitieron los agentes que le custodiaban. Las súplicas de la madre fueron respondidas con insultos.

Militante comunista y antifascista

Martos militó en Oposición Sindical Obrera, el Partido Comunista de España marxista-leninista y el FRAP. En 1973, fue detenido por la Guardia Civil en su lugar de trabajo por repartir propaganda y realizar pintadas en Igualada. Su detención formó parte de una redada en la que también fueron detenidos otros trabajadores en Reus y en La Selva del Campo.

Un granadino de orígenes humildes

Su familia la componía humildes campesinos granadinos de muy pocos recursos. Por esta estrechez económica, es por lo que Cipriano comenzó a trabajar en las tareas del campo con solo 11 años de edad. Ante esa situación de penuria se trasladó a Morón de la Frontera, donde trabajó como jornalero, en busca mejores condiciones de vida. Más tarde en Teruel, fue minero, trabajador textil en Sabadell y Tarrasa y finalmente encofrador en Reus. Fue en la Cataluña de fuerte movimiento obrero y combativas organizaciones sindicales, donde el joven se politizó y tomó conciencia de luchador antifranquista.