El empresario Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha aseverado ante el magistrado del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado, que él nunca le dio permiso a su entonces letrado, Carlos Neira, para enviar un correo eléctronico asumiendo que había cometido dos delitos fiscales. De hecho, ha manifestado que nunca los ha cometido. Ha dicho que él lo que le dijo a su entonces abogado es que quería la solución "que menos ruido causase".
González Amador ha dicho que él supo lo de la conformidad el día 14 de marzo de 2024, pero ese extremo se contradice con los WhatsApp que él mismo envió a Miguel Ángel Rodríguez, dos días antes, rebotándole la conversación con Neira en la que éste explicaba que estaba llegando a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal. Unos mensajes que constan en el sumario porque el mismo jefe de Gabinete de Ayuso los aportó el día que declaró como testigo ante el magistrado Ángel Hurtado.
También ha explicado que sí le dio copia del primer correo al jefe de Gabinete de su novia, Miguel Ángel Rodríguez, pero no para que lo filtrara, que le dijo "haz lo que veas", pero ha explicado que la conversación con Rodríguez se produjo después de que El Mundo hiciera la publicación. Este extremo de la declaración, al igual que el anterior, se contradice con lo que declaró el jefe de Gabinete, pues Miguel Ángel Rodríguez aseguró que González Amador sí que le había dado permiso para filtrarle ese correo a un grupo en el que estaban varios periodistas.
Es más, según su declaración, este caso le ha costado perder contratos con clientes que tenía desde hace 15 años, o que no le llamen para dar cursos que daba desde hace más de una década. Ha declarado que en el ámbito personal, este tema ha supuesto "un destrozo" para él.
Alberto González Amador,ha declarado por la querella que presentó contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por las presuntas filtraciones en su contra, en la que se espera que sea una de las últimas diligencias de esta causa. La Abogacía del Estado, que defiende tanto a García Ortiz como a la otra imputada, Pilar Rodríguez, la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, reclamó desde un principio que González Amador acudiera al Supremo para ratificar su querella, pero el instructor, el magistrado Ángel Hurtado, lo denegó. Finalmente, y tras recurrir la decisión, fue la Sala de Apelaciones la que le dio la razón a las defensas y obligó a Hurtado a citar al novio de Ayuso.
Del TSJ al Supremo
Volviendo al principio de las investigaciones iniciadas por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) centradas en la nota de prensa emitida por la Fiscalía el 14 de marzo de 2024 para dar detallada cuenta del intercambio de correos electrónicos entre la defensa de González Amador y el fiscal que le investigaba por presuntos delitos fiscales, Julián Salto.
El caso saltó al Supremo y por ello, el alto tribunal abrió causa contra el fiscal general por un presunto delito de revelación de secretos, aunque descartando la entidad delictiva. Aunque, desde que el Supremo encausara a García Ortiz, el pasado 16 de octubre, todos los hechos investigados se han ido amplificado hasta abarcar el citado comunicado, las presuntas filtraciones y de las propias pesquisas contra González Amador y del correo electrónico que su defensa envió a Salto el 2 de febrero de 2024 ofreciéndose a reconocer los delitos fiscales a cambio de pactar.
García Ortiz salió a defender desde el primer momento que la nota de prensa era necesaria para desmentir lo que él considera un “bulo”, haciendo referencia a la información que publicó ‘El Mundo’ a las 21:29 horas del 13 de marzo de 2024 donde comentaron que fue el fiscal quien ofreció pactar.
Asimismo, se espera que esta sea de las últimas diligencias, después de que Google y WhatsApp respondieran al requerimiento de Hurtado con información sin interés para el caso. Aunque el magistrado confiaba y esperaba recuperar los mensajes borrados por García Ortiz.