Cuatro años, esto es lo que lleva luchando entre tribunales y reivindicaciones publicas Andrés Merino para conseguir lo que entiende que es suyo: una pensión digna.

Merino es un militar que sirvió en la guerra de Afganistán y que sufrió fuertes heridas en un accidente. Lo normal, sería que viviese en su casa junto a sus seis hijos disfrutando de una pensión por su incapacidad para seguir trabajando. La realidad es que después de haber pasado varias veces por el quirófano para operarse de la espalda, aun teniendo una incapacidad reconocida por los médicos y pese a que la justicia le ha dado la razón, Andrés lleva seis días en huelga de hambre en la puerta del ministerio porque, de momento, Defensa no le ha pagado ni un euro.

La historia de este militar es la de una lucha en soledad porque nadie le ha apoyado. Según ha contado a ELPLURAL.COM ha sentido como el Ejército, el Ministerio de Defensa y hasta sus propios compañeros le han dejado solo. "Porque esta gente no tiene ni dignidad, ni honor, ni humanidad". “Me siento totalmente desamparado por el Ejército. El Ejército te da una palmadita en la espalda, te dicen que muchas gracias por los años de servicio y por todo lo que has hecho y hasta luego”, lamenta Merino.

Una soledad que se une al intento por parte de Defensa de silenciar su huelga de hambre. Según ha podido comprobar y vivir en primera persona este diario, la Guardia Civil tiene orden de identificar a todo aquel que se acerque hasta a la puerta del ministerio y a Merino. Aseguran que por motivos de seguridad, pero no han empezado a hacerlo hasta que la prensa no se ha interesado por la huelga de hambre del militar.

Una duda sobre la sentencia

Hace siete meses el Tribunal Superior de Justicia de Murcia condenó al Ministerio de Defensa a pagarle una pensión, los casi cuatro años de sueldo con carácter retroactivo más los intereses a raíz de un accidente que sufrió en acto de servicio en Afganistán.

“Pasas un tribunal médico que dice que ya no eres apto para desempeñar la función de las armas y te echan a la calle” critica Merino porque, aunque tras cuatro años en los tribunales ha ganado la sentencia, resulta que en el fallo hay un problema. “El gabinete jurídico de Defensa dice que no terminan de entender la sentencia y mi sentencia está muy clara, pero el juez no puso qué porcentaje de minusvalía me corresponde y ellos se agarran a eso para no pagarme”, ha explicado a ELPLURAL.COM.

La clave es la siguiente: aunque un tribunal médico le concedió un 33% de discapacidad, Defensa sólo le reconoce un 19%, por lo que no tendría derecho a recibir una pensión vitalicia como incapacitado para el trabajo, sólo una indemnización. Como en el fallo no se aclara el porcentaje, Defensa ha pedido una aclaración antes de acatar la sentencia y ahora hay que esperar.

“Han pedido una aclaración al tribunal, que me parece perfecto, pero podrían haberlo hecho al día siguiente de tener la sentencia y han esperado siete meses”, lamenta. Por ello, Andrés denuncia que este movimiento no es más que un intento de alargar los plazos, de dejar que pase el tiempo para no tener que pagarle.

Y todo esto en medio de una situación personal más que complicada. “Mi situación personal y económica es desesperada”, cuenta para reconocer que ha sido desahuciado de su vivienda de Murcia y que ahora vive junto a su mujer y sus seis hijos que “están pasando hambre” con sus abuelos en Burgos. Mientras que espera que todo se resuelva y Defensa asuma su responsabilidad, su familia se mantiene con una ayuda de 426 euros por estar en paro. Las heridas sufridas en Afganistán no le permiten trabajar.

"Que Dios nos asista con Cospedal"

Merino tiene unas palabras para la actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. En su opinión, podría haber solucionado este problema en 48 horas haciendo una llamada “al ver que hay un hombre bajo la lluvia y pasando frío durante una semana”.

Es más, su abogada ha ofrecido a Defensa un acuerdo que pasa por que paguen una parte del sueldo muestras esperan a que llegue la aclaración, pero la respuesta ha sido silencio. “Lo siguen consultando con la almohada”.  

“Mi problema es una minucia en comparación con todo lo que se le puede venir encima a Cospedal en cuatro años como ministra. Si no ha sido capaz de solucionar lo mío, que Dios nos asista”.