La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, vuelve a privatizar lo público. La líder autonómica ultima los detalles en la apertura del nuevo edificio del Hospital 12 de Octubre, un inmueble que contará con hasta diez plantas y albergará una capacidad total de 1.315 camas.

Para su equipamiento, Ayuso cuenta con una millonaria inversión que se destinará al nuevo recinto hospitalario, que sustituirá al histórico inmueble principal. La presidenta regional invierte 24,4 millones de euros para la adquisición del equipamiento, mobiliario general y clínico del nuevo edificio tras la aprobación del último Consejo de Gobierno.

También se incluyen fondos europeos de hasta 226 millones de euros para la modernización del hospital, todavía a terminar de construir, del que, según apuntan varios medios de comunicación, estará operativo a finales de año.

Pero lo que retumba en el eco de los pasillos con más resonancia son los rumores ante la falta de información de los siguientes pasos que dará su gestora. La más temida para la plantilla sanitaria: Ayuso privatizará el almacén general del Hospital 12 de Octubre.

Privatizar lo público

Ha sido la entidad sindical Movimiento Asambleario de Trabajadores y Trabajadoras de Sanidad (Mats) el que ha dado la voz de alerta. Denuncian la privatización del almacén general del hospital tras haber sido notificados de la externalización que hace la Comunidad de Madrid respecto al servicio, que “debería ser público”.

Mats advierte de que la administración de Ayuso ha abierto un concurso para externalizar las labores de esta zona del centro sanitario. La Comunidad de Madrid está pendiente de adjudicar la empresa que se encargará de los servicios de gestión logística en el Hospital 12 de Octubre y sus centros adscritos.

La mesa de contratación designada por la Viceconsejería de Gestión Económica ha propuesto la adjudicación del contrato para este servicio a la entidad Severiano Servicio Móvil SA por un importe de 4.731.820 euros por un período de 24 meses, de acuerdo con las declaraciones recogidas por la Agencia Efe. Este periódico no ha recibido respuesta de esta compañía.

El sindicato avisa que no habrá despidos, pero señalan que la externalización del almacén supondrá la desaparición de 24 puestos de trabajo. Fuentes de la entidad explican a ElPlural.com que “el problema es que al final va a sobrar gente en otros sitios” y “no van a aumentar la plantilla ni muchísimo menos”. “Cuando privatizas un servicio, esos puestos ya no son necesarios”, añaden.

Se trata del último paso que concede la administración actual a las empresas privadas. “En este transcurso de tiempo se han privatizado servicios de mantenimiento, fontanería, aire acondicionado”, enumera. “No sabemos qué va a pasar ahora; pero la realidad es que ya van quitando servicios como estos”, lamenta.

Luchar para evitarlo  

Miguel Ángel se siente decepcionado tras conocer la noticia y pendiente de adjudicarse la empresa, según aparece en el portal de contratación pública. El celador de 54 años que trabaja en esta zona del hospital lamenta la falta de repercusión para movilizar al gremio: “Una cosa es que se privatice y otra cosa es que se luche porque no se va a privatizar”.

El sanitario cuenta que al principio había rumores. Ahora ese boca a boca confirma la realidad. “Nos sentimos desprotegidos; hace ya un año y pico se especulan cosas porque cuando el río suena, agua lleva, ¿no?”, dice el trabajador.

Miguel dice que ahora trabajan 25 personas en el almacén general, pero tras el anuncio de la externalización señala que solo habrá malas noticias. “En el caso del almacén, en el caso de que se privatizan cosas, hay reducción de plantilla porque si estamos 25 y luego más gente por parte externa, el repartidor va a dejar de ir. Es todo como una cadena”, argumenta. “Imagínate las familias que viven de esos cuatro millones”, añade.

Reducción de plantilla

La reducción de profesionales es el principal temor para los sanitarios en el Hospital 12 de Octubre. Miguel Ángel forma parte de la plantilla de trabajadores con plaza fija desde 2018, sin embargo, en el caso de los sanitarios interinos, reina la incertidumbre. “Poco a poco se van a ir cargando personal. No sabemos nada, entonces, entiendo que todo no va a ser mejor, pero estoy segurísimo de que va a ir a peor”, considera.

De hecho, la principal pregunta que tienen los sanitarios es en relación al número de camas que se desplegarán en el nuevo edificio. “No se sabe cuántas camas ni si la habitación va a ser de uno o de dos. Si se reducen las camas y somos 3000 personas, reducirán plantilla”, dice Miguel Ángel.