La reciente filtración masiva de datos personales de ministros del Gobierno, exdirigentes del Partido Popular y periodistas como Silvia Intxaurrondo ha puesto de nuevo en el centro del debate la importancia de la ciberseguridad personal. ¿Qué medidas pueden tomar tanto figuras públicas como ciudadanos comunes para evitar ser víctimas de este tipo de intrusiones?

Hace una semana, un canal de Telegram con más de 92.000 seguidores, vinculado al polémico Alvise Pérez, difundió información sensible de alto impacto: direcciones, teléfonos, correos electrónicos, números de DNI y otros datos personales de siete ministros socialistas, incluyendo a María Jesús Montero, Fernando Grande-Marlaska y Ana Redondo, además de figuras del PP como María Dolores de Cospedal. La filtración también afectó a periodistas conocidos, señalados por el hacker como afines a la izquierda.

La gravedad del incidente ha motivado la apertura de una investigación por parte de la Policía Nacional, y ha vuelto a poner sobre la mesa una cuestión crucial: ¿cómo protegerse frente a estas amenazas?

1. Evitar la sobreexposición digital

Uno de los primeros pasos para prevenir hackeos y filtraciones es limitar la cantidad de información personal que se comparte en línea. Aunque parezca inofensivo, publicar fotos desde casa, compartir ubicaciones frecuentes o mostrar documentos sin revisar puede ofrecer a los ciberdelincuentes pistas para elaborar perfiles y obtener acceso a información más sensible.

2. Uso de contraseñas robustas y autenticación en dos pasos

El acceso no autorizado a cuentas de correo electrónico o redes sociales puede ser el primer paso para conseguir información personal. Usar contraseñas únicas y complejas para cada servicio —mezclando letras, números y símbolos— y activar la autenticación en dos pasos (2FA) puede dificultar enormemente cualquier intento de acceso indebido.

3. Revisar la configuración de privacidad en redes sociales

Muchas veces, datos como el número de teléfono o el correo electrónico quedan expuestos sin que el usuario lo sepa. Es fundamental revisar quién puede ver la información en redes sociales como Facebook, Instagram, LinkedIn o X. Ajustar estas configuraciones puede ser la diferencia entre estar protegido o ser vulnerable.

4. Evitar el uso de redes Wi-Fi públicas para tareas sensibles

Conectarse a redes Wi-Fi públicas sin medidas de protección puede facilitar que un tercero intercepte las comunicaciones. Siempre que sea posible, es preferible utilizar una red privada virtual (VPN) al acceder a datos personales desde lugares públicos como cafeterías, aeropuertos o estaciones.

5. Estar alerta frente al phishing y otras técnicas de ingeniería social

Los ataques no siempre se producen por medio de un "hackeo" técnico. A menudo, los ciberdelincuentes recurren a técnicas de ingeniería social: mensajes que aparentan venir de fuentes confiables, pero que buscan engañar para obtener credenciales, acceder a dispositivos o instalar software malicioso. Ante cualquier correo o mensaje sospechoso, lo más prudente es no hacer clic en enlaces, no descargar archivos y verificar la autenticidad por otros medios.

6. Cifrado de dispositivos y comunicaciones

Tanto en ordenadores como en teléfonos móviles, es posible cifrar la información almacenada, lo que añade una capa de seguridad en caso de pérdida o robo del dispositivo. De igual forma, se recomienda usar aplicaciones de mensajería que ofrezcan cifrado de extremo a extremo, como Signal o WhatsApp.

7. Formación y concienciación continua

Finalmente, la ciberseguridad no es un estado fijo, sino un proceso continuo. Informarse sobre los métodos más recientes de ataque, participar en formaciones (incluso básicas) y mantenerse actualizado es una de las mejores defensas posibles.

El caso que ha sacudido esta semana al Gobierno y a personalidades de los medios es un recordatorio de que nadie está completamente a salvo. Pero también deja claro que la prevención, aunque no infalible, puede marcar una gran diferencia. Proteger nuestra información ya no es solo una cuestión de privacidad: es una cuestión de seguridad personal.

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