Entre aquellos que tienen un perro como mascota, puede resultar común y a la orden del día recibir besos por parte de este, sobre todo, en momentos de euforia del animal como por ejemplo al regresar a casa. A pesar de que para los dueños sea algo normal a lo que no pongan resistencia, detrás de esto se esconden diferentes riesgos para la salud.

Jacqueline Boyd, profesora titular de ciencia animal en la Universidad de Nottigham Trent (Reino Unido), explica todo lo que hay detrás de este gesto. Lo define como “un comportamiento canino instintivo” que puede resultar fundamental para conocer el estado de ánimo del perro. Por ejemplo, cuando se lamen la boca repetidamente, con las orejas hacia atrás puede reflejar miedo o estrés. De igual manera, también señala que cuando el perro se lame, también puede ser “una respuesta conductual a los estados emocionales de los humanos”, evidenciando así su carácter empático.

Sin embargo, Boyd advierte de que más allá de lo “natural” de estos gestos en el comportamiento del animal, hay ciertos riesgos para la salud humana, sobre todo, para aquellas personas inmunodeprimidas, con heridas abiertas, o si el perro complementa sus comidas con la coprofagia, ingestión voluntaria de las heces.

Con todo esto, el riesgo de contraer una enfermedad se eleva como consecuencia de los microorganismos que se pueden transmitir de perros a humanos. Una de las bacterias que puede generar graves problemas en el humano es la Capnocytophaga canimorsus, responsable de causar sepsis mortales. Entre otros, también destaca la Pasteurella multocida, que podría causar meningitis. Además, en la saliva del perro, al igual que en la de los humanos, también se albergan bacterias como Escherichia Coli, Salmonella, Clostridium o Campylobacter. 

No obstante, a pesar del riesgo, la profesora de la Universidad de Nottingham Trent mantiene una postura de calma y asegura que en la mayoría de los casos en los que el humano entra en contacto con la saliva del animal no enferma. Pero sí que señala una serie de medidas que los dueños pueden tomar como forma de prevención. Entre estas, destaca mantener limpias las superficies, minimizar la contaminación del menaje del hogar y mantener en general higiene.

Además, la experta ha aprovechado para desmentir la falsa creencia de que la saliva de los perros tiene poderes curativos ya que “no hay evidencias que sugieran que permitir que los animales de compañía lamen las heridas les ayude a sanar. Podría aumentar el riesgo de infección del propietario”. Sin embargo, sí hay evidencia en los efectos positivos que tiene a nivel emocional de las personas abrazar y acariciar a los perros, utilizado a menudo como terapia en pacientes con ansiedad, para reducir la presión arterial y el rimo cardíaco.