Apenas 12 horas después de terminar los comicios municipales y autonómicos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un adelanto en las elecciones generales que estaban previstas para diciembre de este año. Lo que supone una nueva cita con las urnas que se llevará a cabo el durante la jornada del domingo 23 de julio de 2023.

Esta fecha coincide con días de periodo vacacional, por lo que muchos votantes estarán viajando o fuera de su domicilio habitual. Es por esto que el voto por correo ha adquirido mucha importancia durante estos comicios. Más de 535.000 españoles tendrán que estar presentes en los diversos colegios electorales y no se podrán librar de las mesas electorales y que formarán parte de su constitución como presidentes, vocales o suplentes

De cara a la jornada electoral pueden surgir dudas sobre cómo ejercer nuestro derecho al sufragio, ya que hay varias opciones a tener en cuenta si no tienes claro a qué partido político quieres apoyar. Aunque desde ElPlural.com animamos a los ciudadanos a votar siempre a un candidato.

¿Qué es el voto nulo y qué supone en el recuento?

El voto nulo se produce cuando un elector realiza alguna acción que invalida su voto. Como puede ser votar con un sobre no oficial, con una papeleta no reglada, introducir en el mismo sobre papeletas de diferentes partidos o elegir un elemento ajeno para meterlo dentro del sobre oficial. Otras razones comunes para que un voto sea considerado nulo incluyen marcar más de una opción, escribir mensajes o dibujar en la papeleta o realizar modificaciones que dificulten la lectura.

Los votos nulos no se cuentan como votos válidos, no se contabilizan, no se asignan a ninguna candidatura y no afectan en el reparto de escaños, aunque sí cuentan como participación. Según el artículo 96, apartados 1 y 2, de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General el voto nulo no computa a efectos del reparto de escaños, pero sí contarán en dentro de la participación electoral de las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior.

¿Qué es la abstención y qué implica no votar?

La abstención no da poder a ningún partido, ni mayoritario ni más pequeño, y en las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior reduce el dato de participación. En las estadísticas oficiales, el número de abstenciones se resta al número de votantes para obtener la cifra de participación electoral. Estos datos se pueden consultar en la página web oficial del Ministerio del Interior.

No votar puede implicar la disconformidad del elector con el sistema electoral o político, ya que la participación voluntaria ciudadana que ejerce su derecho a voto y forma parte activamente en la elección de nuevos gobiernos confiere legitimidad al sistema político establecido. Es por esto que la abstención es la mejor opción para los ácratas.

¿Qué es el voto en blanco y a quién beneficia?

El voto en blanco se produce cuando un elector decide no marcar ninguna casilla en la papeleta electoral o deposita un sobre vacío dentro de la urna. Este tipo de voto sí se considera válido y se contabiliza como un voto emitido.

Se suele interpretar como una expresión de descontento o de neutralidad política, aunque en realidad este tipo de voto acaba suponiendo todo lo contrario: un voto que favorece a los partidos mayoritarios.

Cuando votas en blanco les das más escaños a los partidos mayoritarios en perjuicio de los partidos minoritarios. Es decir, votando en blanco existe la posibilidad de darle más poder a los partidos mayoritarios en el reparto de los escaños. Esto se explica de la siguiente manera:

  • Según el artículo 163.1, apartado A, de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, en el reparto de escaños no se tienen en cuenta las candidaturas que no hubieran obtenido al menos el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción. El voto en blanco legalmente se considera voto válido y, por tanto, computa en el reparto.
  • Según el artículo 96.5 de la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, tanto los votos ordinarios como los votos en blanco sí cuentan a efectos del porcentaje mínimo necesario de la circunscripción para obtener un escaño.
  • Cuantos más votos válidamente emitidos, más difícil es llegar al 3% necesario para obtener un escaño. Por lo tanto, si votas en blanco, podrías favorecer a los partidos mayoritarios: le podrías dar más escaños y más poder a los partidos más votados.

Para comprenderlo mejor, pongamos un ejemplo: imaginemos una pequeña ciudad, que forma ella sola un circunscripción, en la que 300 ciudadanos censados han elegido votar a diferentes partidos políticos. Para que estas formaciones obtengan representación tienen que alcanzar, al menos, el 3% del total de votos, que en este caso son 300. Es decir, para que un partido obtenga un escaño tendrá que sumar al menos 9 votos de esos 300 totales.

¿Pero que ocurre si 100 personas más han votado en blanco? Ahora para conseguir un escaño se tendrá que alcanzar el 3% de 400 votos válidos emitidos, lo que supone que cada formación deberá sumar 12 votos si quiere tener representación. Por tanto se "encarece" conseguir ese escaño.

Votar en blanco es una opción contraproducente si no te gustan los partidos mayoritarios o si no te gusta ningún partido, o si no te gusta el sistema en general. Votando en blanco perjudicas a los partidos pequeños porque aumenta el umbral para conseguir representación en esa cirsuncripción.