A pesar de la entrada en el otoño y la llegada de las primeras lluvias, la situación de sequía continúa resultando preocupante. Las precipitaciones, torrenciales en algunos puntos, no han conseguido aliviar la presión que pesa sobre la mermada reserva hídrica de España.

No obstante, de acuerdo con los datos proporcionados por el Ministerio de Transición Ecológica, las precipitaciones han sido abundantes en la vertiente Mediterránea y han afectado considerablemente a la vertiente Atlántica. La máxima se ha producido en Las Palmas de Gran Canaria (A) con 124,3 mm (124,3 l/m²), a causa de la llegada de Hermine.

Así pues, por situación de reserva hídrica, la mejor posicionada es la cuenca interna del País Vasco al 71,4% de su capacidad, seguida de la cuenca del Cantábrico Oriental que se encuentra al 67,1% y las del Tinto, Odiel y Piedras al 65,5%.

Por debajo de estas se encuentran: las del Cantábrico Occidental al 56,2%, la del Júcar al 52,5% las del Miño-Sil al 45,1%, la del Ebro al 37,2%, las cuencas internas de Cataluña al 36,9%, la Cuenca Mediterránea Andaluza al 39% y la del Segura al 33,9%. Por debajo del umbral del 30% se encuentran las cuencas del Duero al 30%, del Guadiana al 23,7%, del Guadalete-Barbate al 23,3% y la más afectada, la del Guadalquivir al 20,3%.

Actualmente la reserva hídrica es de 18.270 hectómetros cúbicos, lo que se traduce que la capacidad de almacenamiento de agua se coloca en un 32,5% de la capacidad total. Ya en Sevilla se han anunciado las primeras restricciones para este otoño. La Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Agua de Sevilla, Emasesa, comenzará a limitar determinados usos del consumo de agua a partir del 3 de octubre, cuando tiene previsto declarar la alerta por sequía.

Medidas para luchar contra el abastecimiento de agua que no son nuevas en Andalucía, pues ya durante el verano se sufrieron limitaciones y restricciones en el uso de este bien, sobre todo en playas y piscinas