La menopausia suele suceder alrededor de los 50 años. Sin embargo, antes de que se produzca el fin definitivo de los periodos menstruales, las mujeres transitan por un espacio en el tiempo conocido como perimenopausia en el que experimentan diferentes síntomas. Entre los más comunes están ciclos irregulares, sofocos, problemas para dormir, sequedad vaginal, disminución de la libido y cambios en la piel, el cabello y el humor.
Mucho menos conocida es la llamada 'niebla mental', que implica confusión, falta de claridad y lentitud a la hora de pensar y razonar y obedece, principalmente, a las fluctuaciones hormonales, sobre todo, a la caída de estrógenos, que actuán sobre receptores neuronales implicados en la memoria y la plasticidad sináptica.
La niebla mental se basa en leves alteraciones de las funciones cognitivas que se presentan en forma de olvidos, fallos de memoria y pérdidas del hilo de pensamiento, y la mayor parte de las mujeres no la asocia con la transición a la menopausia. "Aunque cada día se menciona más en consultas y publicaciones científicas, este trastorno continúa siendo un gran desconocido", reconoce el doctor Alfonso Galán de Neolife, una grupo clínico especializado en medicina preventiva antienvejecimiento.
Quién experimenta este problema lo describe "como si estuviera espeso, como si su cerebro no funcionara con la agilidad habitual”, precisa, subrayando que "no se trata de una enfermedad en sí misma, sino un síntoma complejo que refleja desequilibrios biológicos subyacentes como problemas hormonales, déficits de energía celular o alteraciones metabólicas e intestinales".
Galán enumera seis síntomas que pueden indicar 'niebla mental':
- Dificultad para concentrarse en tareas cotidianas o en el trabajo.
- Problemas de memoria de corto plazo: olvidar nombres, citas o incluso qué se iba a decir.
- Lentitud para procesar información y tomar decisiones.
- Fatiga mental desproporcionada tras actividades que antes no suponían esfuerzo.
- Cambios emocionales asociados: irritabilidad, apatía, incluso ansiedad porque “la cabeza no me responde como antes”.
- Síntomas digestivos asociados. En algunos casos se experimenta hinchazón, gases o cambios de ritmo intestinal.
Claves para combatirla
La niebla mental puede mermar la confianza en sí misma de la mujer que la sufre, que siente que ya no rinde u organiza con la capacidad que tenía y puede "sentirse sobrepasada", precisa este médico.
Sin embargo los síntomas pueden mejorar con estrategias relacionadas con el estilo de vida. En este sentido, es fundamental dormir bien, hacer ejercicio y seguir una dieta equilibrada.
El doctor Galán propone estas líneas de intervención:
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Optimización hormonal mediante remplazo de hormonas bioidénticas: estradiol, progesterona micronizada y testosterona, ajustados al perfil individual.
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Restablecimiento del equilibrio nutricional y suplementación personalizada: a través de NAD+, omega-3, vitaminas y antioxidantes.
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Plan nutricional antiinflamatorio adaptado a la microbiota intestinal.
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Ejercicio físico regular: Este ha de comprender, tanto fuerza, como HIIT, clave para la oxigenación y la neurogénesis.
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Higiene del sueño: En este aspecto se manejan horarios, melatonina y control de luz azul.
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Gestión del estrés: por medio de mindfulness, respiración y biofeedback (mediante herramientas que permiten controlar las funciones biológicas).
Un problema también de hombres
Aunque la niebla mental afecta, sobre todo, a mujeres durante la perimenopausia, estas alteraciones de la función cognitiva pueden darse también en hombres durante la andropausia, debido a la disminución progresiva de testosterona libre. Si bien este proceso no es tan brusco como en el caso de la mujer, sí se produce y puede llevar a perder agudeza mental.
Abordarla a tiempo
Por último, el doctor Galán apunta la importancia de acudir al médico en caso de detectar señales que puedan coincidir con este problema para obtener un diagnóstico certero. "Es importante siempre pedir un diagnóstico, ya que podría tratarse de un síntoma postcovid o del inicio de un proceso de deterioro cognitivo", asegura. La niebla mental, defiende, puede abordarse para evitar que se cronifique.