La cefalea o dolor de cabeza es uno de los trastornos más habituales del sistema nervioso. Afecta al 46% de la población española, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), aunque más del 90% de la población ha sufrido en alguna ocasión un episodio de este tipo. Entre las cefaleas más frecuentes está la migraña, también llamada jaqueca, que afecta al 15% de la población. Puede aparecer a cualquier edad, incluida la infancia, y las mujeres son más propensas a sufrirla (casi el 20%). Los especialistas recomiendan actuar cuanto antes para evitar que estos episodios se cronifiquen y se conviertan en un problema altamente incapacitante.

¿Qué diferencias hay entre un simple dolor de cabeza y una migraña? El neurólogo Jaime S. Rodríguez Vico, coordinador de la Unidad de Cefaleas de la Fundación Jiménez Díaz y responsable del blog CefaBlog, nos explica que, a falta de un marcador, biológico o por imagen, que determine con claridad las diferencias, se clasifican por los síntomas que presentan los pacientes. “Los criterios clínicos utilizados para diagnosticar la migraña, aunque bastante específicos, son poco sensibles, ya que dejan fuera a muchas migrañas mal catalogadas, sobre todo como cefaleas tensionales”.

Esta situación es debida, entre otras cosas, a que muchas cefaleas leves se descartan como migrañas y a la enorme variabilidad de síntomas que presenta la migraña, incluso en el propio paciente a lo largo de su vida. “Un ejemplo, cuando los episodios de cefalea migrañosa se hacen cada vez más frecuentes y se convierten en crónicas (más de 15 días de cefalea al mes) acaba perdiendo sus características diagnósticas y va pareciéndose cada vez más a una cefalea tensional por sus síntomas”, aclara el Dr. Rodríguez Vico. Son muchos los neurólogos que, como él, se muestran escépticos con las cefaleas tensionales. “Muchos, incluso, pensamos que no existen como una entidad diferenciada”, subraya.

La llamada cefalea tensional es otro tipo de dolor de cabeza cuyos síntomas se diferencian de la migraña  de manera un tanto artificiosa como por ser un  dolor no pulsátil, en toda la cabeza, sin náuseas y menos intenso. Puede ser episódica o crónica, pero no existe un marcador objetivo real que la diferencie de la migraña, puntualiza el Dr. Rodríguez Vico.

Los especialistas tienen en cuenta para diagnosticar una migraña los criterios de la Internacional Headache Society, que establece las siguientes cuestiones:

A.- Al menos 5 ataques que cumplan los criterios B- D.

B.- El dolor de cabeza dura entre 4-72 horas (sin tratamiento o que este fracase).

C.- Cefaleas que cumplan al menos dos de las siguientes características: 1. Cefalea hemicraneal, 2 Pulsátil, 3. Intensidad moderada-severa, 4. Empeoramiento con la actividad física rutinaria, como caminar o subir escaleras.

D.- Tener al menos uno de los siguientes síntomas: nausea, vómito, fotofobia y sonofobia.

E.- Que no exista otro mejor diagnóstico en la clasificación IHS3.

La migraña es un síndrome clínico. Sobre una base genética constitucional, se puede desencadenar por muchas causas. Presenta diferentes síntomas: el dolor de cabeza es su componente más visible, pero no el único. “Sin temor a equivocarnos, podemos claramente decir que la migraña afecta a todo el cerebro. No se trata solo de un dolor de cabeza. Existe una susceptibilidad incrementada y mal frenada a cualquier cambio producido en nuestros sentidos que nos mantienen conectados con el exterior -visión, olor, sonido/equilibrio, tacto (dolor), gusto…- como dentro de nuestro organismo (cambios hormonales, ciclos de sueño, estado de ánimo, etc)”, explica el neurólogo Rodriguez Vico. La memoria, el lenguaje y la conducta del paciente pueden verse alteradas durante y entre las diferentes crisis migrañosas, advierte.

La cefalea es una de las diez enfermedades más incapacitantes para la rutina diaria y supone un problema de salud pública prioritario. Los que la sufren, especialmente en el caso de la migraña, ven limitada su actividad y entre un 20-30% de los pacientes se ven obligados a guardar reposo en cama. Todo ello limita sus relaciones familiares y profesionales. Pese a ser uno de los motivos de consulta más habituales, tanto en atención primaria como en los servicios de neurología, está infradiagnosticada y muchos pacientes se automedican. Según datos de la SEN, en España, un 5% de la población sufre cefalea de forma crónica, es decir experimenta dolor de cabeza más de 15 días al mes (aunque en muchos casos llega a ser diario) y de ellos, la mitad sufren migraña crónica. Además, un 40% de los pacientes atendidos en las consultas neurológicas padecen cefalea por abuso de medicación.

“La migraña no se trata de un proceso pasajero y benigno”, advierte el Dr. Rodríguez Vico quien insiste en la importancia de tomar medidas cuanto antes para evitar la cronificación. Si se producen más de ocho episodios de cefalea al mes, serán muy difíciles de revertir si dejamos pasar el tiempo, insiste. “A día de hoy existen muy buenos tratamientos dirigidos a evitar este colapso y muy bien tolerados. Depende de nosotros ponernos en manos de los profesionales adecuados cuanto antes”, concluye.

La Fundación Jiménez Díaz cuenta con una Unidad de Cefaleas para abordar este tipo de enfermedades. “Sabíamos de la necesidad de este tipo de consultas, ya que nos encontrábamos continuamente con pacientes mal diagnosticados, y sobre todo mal tratados, con el consiguiente problema de efectos secundarios de los fármacos y la baja adherencia a los mismos”, explica el Dr. Rodríguez Vico. Además de la función asistencial, la consulta participa en ensayos clínicos y en la formación de futuros médicos y los neurólogos residentes.