Existen conversaciones, discretas y privadas, entre la familia del fundador de Falange y el Gobierno central para que sus restos dejen de estar en el lugar preeminente que actualmente ocupan en el anteriormente denominado Valle de los Caídos y, ahora, Valle de Cuelgamuros según dicta la nueva Ley de Memoria Histórica. El Gobierno había propuesto que fuera trasladado, dentro del propio Valle a un enclave más discreto, como ocurre con el resto de víctimas allí enterradas. La familia parece que no va a plantear problema a su traslado, pero propone otro lugar, un cementerio católico, tal y como José Antonio Primo de Rivera manifestó como uno de sus últimos deseos.

Gran pintada con su nombre visualizado “de tapadillo”

Al mismo tiempo que el Gobierno gestiona este traslado y también estudia la ilegalización de la Fundación Francisco Franco por no tener cabida en la nueva norma, el nombre de José Antonio Primo de Rivera, como de tapadillo, borroso pero visible si se hace un esfuerzo visual, sigue presidiendo una de las fachadas de la Catedral de Barcelona. 

RIMO DE IVERA

Tal vez los barceloneses y turistas que a diario y en gran número transitan diariamente por una de las fachadas de la catedral de Barcelona, la que se halla en la calle Santa Llúcia, desconocen que en esta se encuentra en forma de gran pintada, el nombre del líder falangista desde hace 84 años.  A pesar de que se lee con dificultad por el paso del tiempo, se puede apreciar, aunque de manera incompleta, la pintada con el texto “RIMO DE IVERA”. Esta herencia franquista fue realizada al final de la Guerra Civil. Posteriormente, este lugar era el enclave donde se celebraban homenajes y concentraciones anuales, coincidiendo siempre con el 20 de noviembre, fecha de su fusilamiento.

Herencia franquista de las conmemoraciones anuales a Primo de Rivera

Cuentan las crónicas, y entre ellas La Vanguardia, que la catedral de Barcelona también se adhirió a estos fastos con una misa. Una vez finalizada, las autoridades franquistas se dirigieron al pie de la pintada en el muro de la calle Santa Llúcia, donde se cantó el Cara al sol y se hizo una ofrenda foral. Este acto se repitió durante año cada 20 de noviembre.

Si nos acercamos se puede observar como las dos iniciales de los apellidos fueron borrados, al igual que ocurrió con el nombre propio de José Antonio. Eso sí, se aprecia como perviven restos de pintura que se lazaron para su eliminación.

Desde 1939

Su origen hay que anclarlo en el 20 de noviembre de 1939. Ese día, en toda España, se organizaron multitud de actos en honor del fundador de Falange al conmemorarse el tercer aniversario de su fusilamiento de Primo de Rivera. También se festejaba el traslado de sus restos desde el cementerio de Alicante, donde inicialmente fue enterrado, hasta El Escorial. Posteriormente, en la mañana del 30 de marzo de 1959, fueron trasladados y reinhumados en el Valle de los Caídos.  Dos días después, Franco inauguró ese santuario tétrico de Cuelgamuros coincidiendo con el vigésimo aniversario del final de la Guerra Civil.