La Policía Nacional ha reabierto el caso de la desaparición de David Guerrero Guevara, conocido como el 'niño pintor' de Málaga, en paradero desconocido desde el 6 de abril de 1987, cuando tenía 13 años, y está reconstruyendo, paso a paso, la investigación que se hizo hace casi 33 años,  en busca de alguna nueva pista.

El caso se archivó de forma provisional el 16 de julio de 1996, según una resolución del Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga a la que ha tenido acceso Diario Sur. La causa se cerró tras la prescripción de los posibles delitos y la falta de líneas de investigación.

La Policía Nacional de Málaga, sin embargo, ha mantenido durante todos estos años el caso en “asuntos pendientes” del Grupo de Homicidios, y la Interpol no ha cesado la búsqueda de David Guerrero, considerando este caso una de las desapariciones más desconcertantes. “Es como si se lo hubiera tragado la tierra, nunca encontramos una explicación”, ha afirmado un  veterano policía que llevó la investigación al citado diario.

Gervasio, de la peña El Cenachero

A lo largo de los años varios mandos han retomado la investigación y se han seguido pistas hasta fuera de España, sin éxito. En abril pasado, los responsables de la Comisaría Provincial tomaron la decisión de retomar el caso y la Unidad de Policía Judicial adscrita a los juzgados está encargada de este tema, con la ayuda del Grupo de Homicidios, que ha llevado el caso todos estos años, y de la Policía Científica.

Por sus medios, el hermano mayor de David Guerrero, Jorge, y el periodista Daniel Carretero se entrevistaron con todas las personas que formaban parte de los círculos de amistad del niño pintor en aquella época: sus compañeros de clase y del mundo del arte. La familia ha recibido varios anónimos, que ya están en manos de la policía.

Una de esas pistas señala a un hombre, de nombre Gervasio, vinculado a la peña El Cenachero, a la que el niño debía haberse dirigido la tarde de su desaparición para recibir sus clases de pintura. Además, se ha localizado un testigo que sitúa al niño aquel día en la galería La Maison.

Estos testimonios contrastan con la versión que manejaba la investigación oficial de que la pista del niño se había perdido en la puerta del domicilio familiar, cuando su madre lo despidió desde la ventana de la cocina. El niño tenía que coger un autobús, pero ninguno de los conductores de las líneas que debía haber tomado lo vio subir a su vehículo.

En octubre pasado, la caricatura que dibujó David días antes de su desaparición, aparentemente sobre un ciudadano suizo, considerado el principal sospechoso, apareció en el buzón del domicilio Gema, la compañera de pupitre del niño en las actividades extraescolares de dibujo y que fue la destinataria del mismo hace 33 años. 

Todas son aún pistas rodeadas de incógnitas.