No hay días tranquilos en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas. La sombra de la corrupción acecha a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) un día más. El único candidato a presidir el organismo, Pedro Rocha, ha pasado de testigo a imputado en la causa que investiga los presuntos contratos irregulares del ente federativo durante la etapa de Luis Rubiales. Momento de máxima incertidumbre, habida cuenta de que las elecciones que culminarán el próximo 6 de mayo.

El presidente interino estaba citado este viernes a declarar como testigo en el Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda (Madrid), en el marco del conocido como caso Rubiales. Rocha, que sería proclamado único candidato a las elecciones de la RFEF, asistía a instancias judiciales “tranquilo” y con ánimo de “colaborar con la Justicia”. Sin embargo, ha decidido suspender su declaración toda vez que la jueza instructora ha cambiado su condición a investigado. Un matiz que gira todo el tablero electoral en Las Rozas y genera mayor incertidumbre en el organismo rector del fútbol en España.

Rocha fue citado en el marco de la causa Brody, que investiga, entre otras cuestiones, el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí a cambio de comisiones millonarias a Gerard Piqué, así como el amaño de contratos en favor de constructoras que, según los investigadores, han pagado comisiones a Luis Rubiales mientras ostentaba la Presidencia de la RFEF. El ahora presidente interino fue citado por la instructora para aclarar el grado de conocimiento de las operaciones que están bajo la lupa de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La magistrada, tras el interrogatorio practicado, ha considerado que era conocedor de los hechos y ha variado su condición de testigo a la de investigado, por lo que volverá a citarlo para que comparezca junto a un abogado.

La defensa de Rocha

El presidente, pendiente de ser designado como único candidato en las elecciones del ente federativo, ha declarado durante 37 minutos, alegando que su cargo era meramente “representativo” cuando la magistrada le recordaba que ostentaba la Vicepresidencia Económica. Rocha ha reiterado que no tenía conocimiento de “nada”, al tiempo que reiteraba que operaciones como la de la Supercopa se le “ocultaron”.  De este modo, ha mandado el balón a Rubiales y a todo su equipo, desmarcándose de todo tipo de responsabilidad.

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Sobre los contratos con la constructora Gruconsa, desvelados por el diario El Mundo, ha mantenido la estrategia. Se ha desmarcado de toda responsabilidad, a pesar de que adjudicó uno amañado apenas hace un mes a la empresa que pagaba al expresidente. Se trata de un negocio de 1,3 millones de euros destinado a la reforma de la residencia y cocinas de La Ciudad del Fútbol. Sin embargo, ha apuntado al “técnico de Infraestructuras”, al tiempo que puntualizaba que él “sabrá por qué lo ha hecho”.

Balones fuera que han motivado al fiscal para solicitar que se cambie su condición de testigo a investigado, a pesar de que Rocha reiteraba que no entendía “nada”. La jueza aceptó la petición del fiscal “por su bien”, desatando ahora un terremoto en el peor momento posible para la Real Federación Española de Fútbol.

Tsunami en Las Rozas

El ente federativo estaba inmerso en el cambio de ciclo, con unas elecciones que culminarían el próximo 6 de mayo. Rocha, de hecho, se ha proclamado este mismo viernes como único candidato a presidir la RFEF después de que se esfumaran las opciones de Carlos Herrera y Eva Parera. Un movimiento que le situaba como nuevo presidente de manera virtual. La decisión de la jueza lo cambia todo y encapota aún más el cielo de La Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

De puertas para dentro, hay quien reconoce este estado de “incertidumbre”. Algunas voces de peso resaltan incluso la anomalía que supone este escenario. “No hay hoja de ruta. Esto es totalmente nuevo”, coinciden algunos dirigentes del órgano rector del fútbol español, que lo fían todo ahora a la Comisión Electoral. A pesar del terremoto, otros directivos confían en que la imputación de Rocha no tenga “mucho recorrido”, desviando el tiro hacia el “presidencialismo” que le atribuyen a Luis Rubiales. Cesarismo que converge con la versión aportada por el propio candidato en instancias judiciales y que sigue la narrativa de despejar a tientas todos los balones que llegan a la portería de Las Rozas.

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Ahora, al candidato se le complica su horizonte electoral. Tras recabar los 21 avales necesarios para presentar candidatura y los 107 en total de los asambleístas, se veía ya como sucesor oficial de Rubiales. De hecho, contaba con el visto bueno del grueso de instituciones deportivas, incluida LaLiga de Javier Tebas, quien mantuvo un enfrentamiento encarnizado con el exfutbolista del Levante desde que recaló en la RFEF. Todo queda en manos del comité electoral del organismo, pues a tenor del reglamento interno, una imputación supondría una causa de inelegibilidad.

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