La investigación científica sobre Ötzi, la momia conocida como 'Hombre de Hielo', deja nuevas pistas sobre cómo era en la realidad. La momia, de hace más de 5.000 años, fue hallada en un glaciar de los Alpes por unos alpinistas alemanes el 19 de septiembre de 1991 y, los últimos datos sobre su estudio, desmontan ahora todas las teorías que se habían arrojado sobre su aspecto: era un hombre de piel y ojos oscuros, además de calvo.

"El análisis del genoma reveló rasgos fenotípicos como una elevada pigmentación de la piel, ojos oscuros y calvicie de patrón masculino, que contrastan fuertemente con las reconstrucciones anteriores, que mostraban a un varón de piel clara, ojos claros y bastante peludo --explica el investigador Johannes Krause, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania)--. La momia en sí, sin embargo, es oscura y no tiene pelo".

Los hallazgos, publicados en Cell Genomics, sugieren que el Hombre de Hielo en vida se parecía más a la momia actual. El análisis genómico, más completo y de mayor calidad, muestra también que el hombre de hielo tenía una ascendencia inusualmente alta de agricultores de la Anatolia temprana, superior a la de cualquier otra población contemporánea conocida en Europa del IV milenio a.C. De este modo, el descubrimiento sugiere que Ötzi pertenecía a una población alpina bastante aislada, con un flujo genético limitado procedente de grupos de cazadores-recolectores.

El hombre de hielo del Tirol es una de las momias de hielo mejor conservadas y la más antigua con diferencia. Como tal, los investigadores han llevado a cabo muchos estudios para saber quién era, incluidos estudios sobre su composición genómica y ancestral.

Allá por 2012, en un estudio anterior, generó un genoma de menor cobertura que ofrecía nuevas perspectivas, a pesar de la considerable contaminación por ADN humano actual. Ese trabajo anterior sugería una estrecha afinidad genética entre Ötzi y los sardos actuales, pero los investigadores afirman ahora que llegaron a esas conclusiones antes de disponer de más genomas humanos.

En el nuevo estudio, los investigadores, entre los que se encontraban Krause y Albert Zink, de Eurac Research - Instituto de Estudios sobre Momias de Bolzano (Italia), volvieron a secuenciar el genoma de Ötzi utilizando tecnologías de secuenciación más recientes para obtener un genoma de mayor calidad. Lo que más les sorprendió fue cómo los nuevos datos cambian la imagen del aspecto de Ötzi.

"Los resultados más sorprendentes fueron la presencia de alelos relacionados con el patrón de masculinidad-baldness que apoyan la ausencia de pelo observada en la momia real y la pigmentación más bien oscura de la piel que también apoya la momia", dice Zink. "Es notable cómo la reconstrucción está sesgada por nuestra propia idea preconcebida de un humano de la Edad de Piedra procedente de Europa", añade Krause.

Antepasados de Anatolia

Otra de las grandes sorpresas que destaca sobre la historia del Hombre del Hielo son sus ancestros anatolios, ya que el 92% de estos individuos son considerados como los primeros agricultores de la historia. Es así como la historia de Ötzi evoca a los principios migratorios de los europeos.

Los resultados también sugieren que los Alpes fueron una barrera genética. Por ello, según los investigadores, la población del Hombre de Hielo no intercambió muchos genes con los pueblos del norte y el oeste de los Alpes.

Krause señala que no está claro si Ötzi es o no representativo de la gente de su época y lugar y que, para responder a esa pregunta, futuros estudios tendrían que analizar más individuos de la misma región y época.

Otras momias de hielo

No obstante, Ötzi no es la única momia de hielo que se conoce. La primera se halló en Canadá, en 1899, en el parque natural de Tatshenshini-Alsek, y se le acuñó el nombre de Kwäday Dän Ts'ìnchi (Persona encontrada de hace mucho; abreviado: KDT), en el idioma de los indígenas de la región, aunque no es tan antigua como la encontrada en los Alpes, ya que ésta rondaría los 550 años.

En este sentido, también caben mencionar otros ejemplos relevantes. Las Momias de Llullaillaco, en Argentina, son tres cadáveres momificados y congelados de 500 años, descubiertos en 1999 en la cordillera de los Alpes.

También en los Alpes italianos se hallaron en 2004 los tres cuerpos congelados de soldados autrohúngaros que murieron en la batalla de San Matteo en 1918. Uno de ellos fue enviado al centro de investigación donde se encuentra Ötzi, con la esperanza de poder arrojar alguna claridad más, debido a que ambos se encontraron en la misma zona.