Desde distintos altavoces, especialmente los ligados al Ayuntamiento del PP y a sectores empresariales, se vende y se amplifica una idea constantemente. Se trata el mantra de que la capital de la Costa del Sol es la mejor ciudad del mundo para vivir, que ofrece numerosos atractivos para ser el mejor lugar para instalarse y trabajar.

Sin negar que Málaga posea recursos y potencialidades para que parte de este argumentario sea cierto, pero para quienes vienen, desde fuera a afincarse en la ciudad con altos medios económicos y estabilidad laboral, también es verdad que desde hace años, Málaga camina en una ruta que la está haciendo invivible para muchos de sus habitantes. Se trata de ciudadanos a los que la imposibilidad de acceso a una vivienda digna por sus altísimos precios y la enorme realidad de los alquileres de corta duración y los apartamentos turísticos, unidos a sueldos precarios, hacen que el mecanismo de expulsión de su propia ciudad, en la que nacieron y vivieron sus padres y de sus abuelos, funcione de manera terrible. A ello, hay que unir que una afluencia de turistas no controlada y una ambición desmedida por incrementar ese fenómeno, está diseñando una ciudad amable para el foráneo y hostil para el autóctono.

La sociedad malagueña comenzó a reaccionar y a rebelarse contra esta situación que amenaza con agravarse con movilizaciones en la calle. Entre los colectivos que están liderando estas protestas, destaca la denominada “Málaga para Vivir”. Hoy esta asociación, ha convocado una nueva movilización el 9 de noviembre contra la vivienda como negocio, el trabajo precario y la destrucción del territorio.

Tras el éxito de la movilización ciudadana del pasado 29 de junio, crece “Málaga para Vivir” como un movimiento ciudadano que pone en el centro la vida digna y propone acabar con los impactos sociales y ambientales de un modelo de ciudad depredador que crea riqueza para las élites a costa de la vida de la ciudadanía y una utilización insostenible de los recursos naturales. Un colectivo que pretende ser altavoz de las demandas ciudadanas para conseguir una ciudad donde prevalezca la calidad de vida de las personas y las relaciones de vecindad.

Y es que desde que surgieron estas acciones de rebeldía ciudadana, numerosas vecinas y colectivos han seguido reuniéndose este verano para reflexionar y realizar propuestas para construir alternativas a un modelo de ciudad abusivo e insolidario. Este movimiento ha supuesto un cambio a nivel nacional y, junto a la gran oleada de movilizaciones que recorre todo el Estado, Málaga para Vivir convocará una nueva manifestación el próximo 9 de noviembre.

Al mismo tiempo se organizan con acciones informativas previas a la ciudadanía. En ese sentido, el próximo miércoles 2 de octubre a las 19,00 horas tendrá lugar, en la Casa Invisible, una asamblea de campaña para comenzar a organizar la movilización del 9 de noviembre.

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