Un agricultor jubilado de 66 años de edad ha muerto tras sufrir múltiples picaduras de avispas, cuando trabajaba en una finca ubicada en la aldea de Serode, en la parroquia de San Fiz de Cangas, en el municipio lucense de Pantón.

La desbrozadora que manejaba la víctima, Eduardo Martínez, golpeó un nido de avispas en un zarzal, lo que provocó que saliera un gran número de insectos, presumiblemente de la especie asiática o velutina, según adelanta La Voz de Galicia.

El hombre intentó huir a pie

En un primer momento, tras el ataque, el hombre pisó el acelerador del tractor para huir de la nube de avispas, y al no conseguir alejarse, bajó del vehículo e intentó seguir a pie, pero se cayó en la carretera, donde finalmente murió. Tras la llamada de un particular, se desplazaron al lugar agentes de la Guardia Civil y los servicios de emergencias, un helicóptero y profesionales sanitarios, que solo pudieron confirmar el fallecimiento, provocado por múltiples picaduras por diversas zonas del cuerpo.

El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid debe aclarar si el veneno que mató al agricultor fue de avispas autóctonas o asiáticas. El resultado de la prueba tardará unas semanas.