El corredor riojano Arturo Grávalos, del equipo hispano-italiano, Eolo Kometa, ha fallecido este viernes, a los 25 años, a consecuencia del tumor cerebral que sufría desde hace años, han informado desde la Federación Riojana de Ciclismo.

Grávalos fue, en su etapa de aficionado, una de las grades promesas del ciclismo español, lo que llamó la atención del equipo fundado por Alberto Contador, en el que se integró y en cuya estructura seguía tras su debut como profesional.

En 2021 se le detectó un tumor cerebral por el que había sido intervenido varias veces; este mismo año, a finales de enero, el corredor vivió otra tragedia, ya que recibió una distinción en la gala del deporte de La Rioja y en el viaje de regreso a su casa resultó herido en un accidente de tráfico en el que perdió la vida su padre.

Entre sus éxitos deportivos estaban la victoria en la clásica de Guipúzcoa en 2016 y el subcampeonato de España en 2019; en 2020 debutó como profesional con el Eolo Kometa, con el que ganó el premio de la combatividad en el Giro de Brenta en 2021.

La Federación Riojana de Ciclismo repasa su trayectoria en un texto que ha publicado en sus redes sociales en el que define al corredor como "una persona ejemplar" y agradece el trato que ha tenido con él su equipo.

"La vida le puso en estos últimos tiempos muchos obstáculos por delante y siempre, siempre, reaccionaba con la mejor de sus caras. La pena o el pesar se lo guardaba para él, se negaba a darle continuidad. Jamás te vamos a olvidar, Arturo. Descansa en paz", ha publicado en una nota el equipo Eolo-Kometa.

Fue intervenido en repetidas ocasiones

Tras competir en el Circuito de Getxo-Memorial Hermanos Otxoa de 2021, el ciclista empezó a preocuparse por unos episodios de fuertes dolores de cabeza que terminaron en el diagnóstico de un tumor cerebral del que fue intervenido en noviembre en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.

El servicio de Neurocirugía, al que llegó tras estar ingresado en el servicio de Neurología, fue el encargado de tratar al paciente para extirparlo, aunque terminó recidivando.

La operación, realizada por el equipo de neurocirugía encabezado por la doctora Clara María del Río-Pérez, fue compleja y se prolongó durante varias horas, que no sería la primera a la que se sometió para intentar frenar el avance de una enfermedad que ha terminado con el fatal desenlace.