Durante el pasado mes de agosto, la Comisión Europea tomó la decisión de proponer el fin del cambio de hora dentro de los países miembros, con la idea de mantener el horario estival. Esta decisión provocó cierto debate en el continente. Llegando a poner en cuestión de dónde venía la costumbre de cambiar la hora o si realmente tenía una utilidad.

La idea de cambiar el horario, originalmente, fue propuesta por Benjamin Franklin con el objetivo de ahorrar energía. Más tarde, otros países europeos como Alemania o Hungría asumieron la misma costumbre para ahorrar en el consumo de carbón.

¿Pero se ahorra realmente con el cambio horario?

Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, el cambio de hora nos ayuda a reducir el consumo eléctrico hasta un 5%. El debate que se generó entre los defensores y detractores del cambio horario surgió el mismo día en el empezó a aplicarse dicho cambio en cumplimiento de la Directiva Comunitaria para el ahorro energético. Aunque, con el tiempo, han reconocido que los informes iniciales no están suficientemente contrastados.

Al ahorro energético se le añade la influencia que tiene en la salud. El reloj biológico de nuestro cuerpo tarda unos días en adaptarse a ese cambio de horario y de luz. Por lo que, estos cambios, se proyectan en la calidad y cantidad del sueño. Además de que, otros estudios, dejan en el aire que en este proceso de adaptación el número de infartos aumenta.

Este debate se mueve en aguas de eternas controversias. Por eso, Pedro Sánchez ha creado un comité con 13 expertos para que le ayuden a asesorarle en la decisión sobre cuál será el futuro horario en España. Aunque entre ellos cuentan con diferentes opiniones que serán complicadas de conciliar.

Comité de expertos

Expertos sobre la materia que llevan años estudiando los pros y contras de tomar dicha decisión han querido compartir su opinión con elPeriódico. Por su parte, Jorge Mira y José Luis Casero han defendido que “hay que acabar con el cambio de hora”. Después de quince años, se sabe que “el impacto económico del cambio de hora es irrelevante y ahora nos hemos dado cuenta de que el efecto en las personas es mayor de lo que pensábamos”.

El cambio de horario nos ayudará a contribuir en la racionalización de las jornadas laborales alcanzando horarios más acordes respecto al resto de Europa, según Casero. Aunque al mismo tiempo, Jorge Mira ha querido matizar que “los horarios europeos ya los tenemos”. Y ha añadido: “Comemos a la misma hora solar que Italia y Portugal. Lo que pasa es que aquí son las 14:30 horas y allí son las 13:30”.

María Ángeles Rol, tras más de quince años trabajando en el mundo de la cronobiología, cree que “en caso de suprimirse el cambio estacional habría que optar por el horario de invierno; es más equilibrado en horas de luz y la luz es un factor clave para la actividad humana”.

Aún es una incógnita si España se inclinará por el horario de invierno o el de verano. Sea como fuere, el comité reunido por el presidente del Gobierno dispone de tres meses para pronunciar su decisión.