Los investigadores del supuesto caso de un cocodrilo avistado el pasado fin de semana por cuatro personas en Pesqueruela (Valladolid), indican que no hay indicios claros de que dicho animal habite en la desembocadura del río Pisuerga en el río Duero. El jefe del servicio de rastreo forestal de la asociación Chelonia, Fernando Gómez, ha aseverado en rueda de prensa que están tratando de localizar al animal junto con el Seprona de la Guardia Civil. 

Dichas investigaciones, con ayudas de drones y lanchas, hacen sospechar a los expertos que los restos de peces encontrados se corresponden a "depredaciones de una nutria".  Los dos supuestos nidos que habría preparado el cocodrilo, así como las huellas que dejaría un animal de unos 250 kilos, tampoco se les antojan propios de estos animales. “Lo que se pensaba que eran anidamientos en realidad corresponden al efecto del paso de las personas”, ha explicado Gómez. La ribera del río en esta zona es un lugar habitual de pescadores y paseantes. La Confederación Hidrográfica del Duero también ha colaborado en este dispositivo.

Todo esto no parará las investigaciones sobre este reptil, para las cuales han solicitado la ayuda de biólogos y especialistas en cocodrilos. Gómez ha especificado que los equipos de búsqueda han analizado las zonas donde dicho ejemplar podría haber tomado el sol.

Gómez ha explicado el porqué esta historia no se sostiene: un cocodrilo de 250 kilos y de dos metros dejaría unas huellas muy reconocibles y grandes, tanto con las patas como con la barriga que arrastra por el suelo, "como las de un dinosaurio". Referente a los nidos que se han descubierto, ha esclarecido que las hembras los construyen para poner huevos, que a su vez tapan con tierra y vegetación.