La Guardia Civil ha puesto fin a la búsqueda de un cocodrilo en la confluencia del río Duero con el Pisuerga, en el término municipal de Simancas (Valladolid), después de no encontrar evidencias de su presencia.

Durante seis días se ha montado un gran operativo con agentes del Seprona y rastreadores expertos en cocodrilos, se han instalado cámaras térmicas bajo el agua para detectar fuentes de calor, se han dejado cebos y hasta se ha usado un dron para que rastreara la zona.

Se había barajado la hipótesis de que se tratara de una nutria y no de un cocodrilo, pero lo cierto es que el asunto sigue siendo un misterio.

Las huellas encontradas

La búsqueda del cocodrilo que fue avistado en Pesqueruela (Valladolid) permitió hallar un nido y huellas que serían compatibles con el reptil. Los investigadores que buscaban al animal detectaron un pez que podría haber sido devorado por el cocodrilo en un lugar que podría ser usado por este a modo de nido, según el mismo diario.

El biólogo que descrubrió al supuesto reptil

Todo comenzó cuando el biólogo molecular Sergio Castillo, vecino de la urbanización Entrepinos, relató el encuentro de su familia con el supuesto cocodrilo. Según explicó se acercó al acceso central de la ribera del Pisuerga junto a su mujer y sus hijos, sobre las siete de la tarde y vieron "un animal compatible con la morfología de un cocodrilo. Se movía de forma parsimoniosa, tenía "una cabeza de entre 25 y 35 centímetros y era de color oscuro". Aunque "no puedo asegurar que fuera un cocodrilo, no era una nutria", aseguró.