La hija de Ana Orantes acudió el pasado lunes a Viajando con Chester, el programa de Risto Mejide que está de vuelta y que en esta nueva entrega ha tenido como invitada Raquel, cuya madre fue icono de la lucha feminista y contra la violencia de género; una pelea que ahora trata de mantener ella. Con esto, no solo ayuda a las mujeres que se enfrentan a esta lacra, sino que también honra la memoria de su madre, asesinada por su padre.

"Los hijos nos guardamos muchas cosas por respeto a su memoria"

Precisamente de este segundo habló la pasada noche sin tapujos. De él y de lo que sufrieron, evidentemente su madre -primera mujer en denunciar una situación de malos tratos en televisión y que después fue asesinada por su marido-, pero también ella y su hermano.

“Hay muchas cosas que nos guardamos los hijos por respeto a su memoria (la de Ana Orantes), pero hemos visto demasiadas cosas que ningún niño debería ver”, emitió en el programa de Risto Mejide.

El conductor del espacio televisivo quiso profundizar en cómo era su padre, cuestión que ella no tuvo ningún problema en responder. “Mi hermano dice que es un monstruo y yo lo defino igual”, señaló. “Era terrorífico (…) Se hacía el silencio en la casa cuando él estaba”, apostilló recordando aquellos fatídicos años.

Relatando el comportamiento de su progenitor, Raquel desgranó algunos episodios concretos de aquel infierno. Por ejemplo, contó que cuando ella y su hermano mostraban “algo de cariño” a su madre, “había que dárselo a él también”. “Pero no nos salía”, confiesa. También señaló que se “obligaba a sí misma a estudiar porque, para él, por ser mujer, le hubiera encantado que se dedicara a limpiar”. “Me iba a mi cuarto a estudiar y ponía una toalla en la puerta para que él no supiera lo que estaba haciendo”, indica también.

Revive el asesinato de su madre

La invitada del último programa del espacio de Cuatro rememoró el día del asesinato de su madre, hace ya 28 años. “Ese día mi madre se había levantado muy triste, yo me la encontré por el pasillo y me dijo que no entendía cómo, con unos hijos tan maravillosos, mi padre no nos quería”, detalla.

Aquel día, indica, su madre estaba especialmente sensible: “Ella seguía triste, era muy intuitiva y en mi cabeza siempre queda que ese día imaginó que era su final”. En un gesto que recuerda a día de hoy, Raquel le dijo a su madre lo mucho que la quería, y no la volvió a ver con vida.

A pesar de lo que su hija considera que fue una intuición, Ana Orantes insistió en que su hija acudiera a su puesto de trabajo: “Ella se quedaba con mis suegros, y ese día tuve el flash de querer irme con ella a casa y me dijo: ‘Vete y trabaja’. Ese fue el último momento que la vi con vida”. Al llegar a casa, recuerda que “llegó de la librería” y “había mucha policía”. “Me contaron lo que pasó. Ese día se truncaron nuestras vidas para siempre”, lamenta.

Con tono firme, la invitada calificó el asesinato perpetrado por su padre como “el acto de mayor cobardía que se puede hacer con alguien con quien quieres compartir el resto de tu vida y con la madre de tus hijos”. “Se acaba el amor y cada uno por su lado, pero él quiso destruirnos a nosotros y tenía que hacer que desapareciese para siempre”, añade. Pese al trágico final, Raquel tiene claro que gracias a su madre “se han salvado muchas vidas”.

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