No solo se ha caído en un contenedor de sustancias químicas, sino que se ha convertido en la principal amenaza ahora mismo de la ciudad japonesa de Fukuyama. El gato fue visto por última vez el pasado domingo en unas imágenes grabadas por unas cámaras de seguridad de una fábrica de chapado, conocida como Nomura Plating. Desde entonces, se ha perdido su pista y las autoridades han advertido a la población de que, si lo ven, no se acerquen a él.

En concreto, la sustancia en la que el gato se encontraría impregnado es cromo hexavalente, lo que puede causar irritación en la piel, problemas respiratorios, insuficiencia cardíaca, cáncer de pulmón, y, en el peor de los casos, la muerte.

Fue uno de los trabajadores de la fábrica el que advirtió a las autoridades que había identificado un camino de huellas que podrían corresponder a las de un felino.

Aunque dada la peligrosidad de esta sustancia la División de Conservación Ambiental de Fukuyama ha señalado que el gato podría estar muerto, también ha aconsejado a los habitantes de Fukuyama que “si encuentran un gato que parece anormal, por favor, no lo toque y contacte a la ciudad o la policía”.