El fútbol femenino de nuestro país ha desconvocado la huelga en la que se veía inmerso desde hace días y que derivó en que la primera jornada de liga no se celebrase. El pasado miércoles a eso de la medianoche, patronal y sindicatos o, lo que es lo mismo, liga y futbolistas, firmaron la tregua y, con ella, el preacuerdo para poner punto final al parón liguero y favorecer que el balón eche a rodar este mismo fin de semana.

Las negociaciones habían sido arduas y complejas, especialmente durante los dos últimos días, con jornadas de 12 horas el martes y ocho en el día de ayer -un total de 20 en total- la actuación del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), acabó de llamar a la paz entre las partes.

Condiciones para el fin de la huelga

Las condiciones que puso sobre la mesa el organismo pasaban por un mínimo de 21.000 euros para la temporada 2023-2024 y mil euros más de cara a la siguiente, así como un total de 23.000 para la 2025-2026. Es decir, un aumento paulatino de mil euros por temporada con matices explicados a continuación, habiendo sido precisamente las condiciones para esta última temporada las que asentó las bases para el resto del acuerdo.

Así las cosas, el sueldo que percibirán las jugadoras en la temporada 2023/2024 es de 21.000 euros, pudiendo incrementarse hasta los 23.000 en función del crecimiento de los ingresos comerciales de la competición. En la siguiente temporada la cantidad ascenderá a los 22.500 pudiendo incrementarse hasta los 25.000, obedeciendo siempre a la misma cuestión, y de 23.500 en la última de las temporadas, pudiendo elevarse hasta los 28.000, nuevamente en función del crecimiento de los ingresos comerciales de la competición.

Impulso del Mundial

El fútbol femenino había ido ganando adeptos con el paso de los años, pero si ha habido algo que le ha terminado de catapultar -más allá de que todavía queda mucho por hacer- ha sido el éxito mundialista que, polémicas aparte, ha logrado un equilibrio sin precedentes, aunque todavía no sea suficiente, entre el balompié masculino y femenino.

Con el pretexto de que era obligado acercar posturas, las partes llegaban a la calle San Bernardo en busca de la negociación definitiva. De esta manera, las futbolistas bajaron su objetivo y la Liga F subió su propuesta, prometiéndoles el aumento escalonado del salario mínimo impulsado por el -al menos sobre el papel- crecimiento económico tras la victoria de Sídney.  El resultado final: 21.000 euros de salario mínimo en la presente temporada y la posibilidad de que ascienda a los 28.000 en la tercera.

En una nota de prensa remitida a los medios tras la firma apuntan que "esta Liga Profesional y sus clubes siempre habían defendido la necesidad de alcanzar un acuerdo a largo plazo que dotara de estabilidad al proyecto del fútbol profesional femenino y permitiera un crecimiento gradual y sostenible acorde al desarrollo de la competición".

El texto subraya que “el compromiso y los reiterados esfuerzos de los clubes durante el proceso de negociación han contribuido de manera fundamental a la consecución del tan necesario escenario de paz sin perder de vista la sostenibilidad de la competición” y apunta a una imagen que muestre “el camino al resto de instituciones que forman parte del deporte español y permitan impulsar el proyecto del fútbol profesional femenino”.

Asimismo, la Liga F quiso “agradecer a la Fundación SIMA y a los mediadores implicados” tanto por su “compromiso” como por su “dedicación” en las negociaciones del Convenio Colectivo, que han sido en última instancia “determinantes” para alcanzar el acuerdo.

Desde el año pasado

La batalla entre la Liga F y FUTpro, sindicato principal de las futbolistas junto a AFE, FutbolistasON, UGT, CCOO, lleva teniendo lugar desde el año pasado. Con todo, si bien es cierto que terminaron por entenderse en la práctica totalidad de los ámbitos, faltaba un elemento crucial: el salario mínimo.

La cantidad del anterior acuerdo se situaba en 16.000 euros, pero las futbolistas se plantaron la pasada temporada y pidieron que la cantidad quedase cerca de los 30.000, con la amenaza de huelga sobre la mesa. La respuesta de la Liga F fue dejar la cantidad en los 19.000 euros, una cifra todavía alejada de lo que buscaba el sindicato. Así ha sido hasta el presente acuerdo, de 21.000 euros, para la presente temporada.

Se espera que la mejora se haga notar en todos los vestuarios de la competición, más allá de los tres principales (Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid). Ahora, según un estudio de la Liga F, el cambio impulsará las condiciones económicas de 130 jugadoras de 12 de los 16 clubes que forman la competición. Pese al acuerdo, los equipos pequeños se preguntan si el dinero dará para todo, pero eso el tiempo lo dirá.