Ha pasado más de un mes desde que el Gobierno de la Comunidad de Madrid presidido por Isabel Díaz Ayuso determinó que cerca de 11.5000 niños y niñas beneficiarios de beca comedor en la Comunidad de Madrid recibirían menús de Telepizza y Rodilla durante la cuarentena.

La FAPA (Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos) ha interpuesto una denuncia por vía administrativa ante la consejería de Educación, ante la de Sanidad y en forma de queja ante el Defensor del Pueblo ya que consideran que estas comidas que se han contratado vulneran el derecho de los menores a tener una alimentación digna y pueden conllevar malnutrición a largo plazo.

El presidente de la FAPA, Camilo Gené, ha denunciado que “su durabilidad en el tiempo provoca malnutrición, desgana y afecta al estado emocional”.

La FAPA también ha instado a que se retomen los contratos con las empresas que gestionan los comedores escolares para ayudar los cerca de 81.000 alumnos que también son beneficiarios de la beca de comedor pero que en esta situación excepcional no están recibiendo ayuda.

Íñigo Ortiz, presidente de una asociación de vecinos del barrio de San Fermín (Madrid), ha explicado en la Cadena SER que el Telepizza del barrio cerró durante la primera semana del estado de alarma y, en consecuencia, es la propia asociación la que proporciona menús a las familias que no se pueden desplazar a otro establecimiento. Estas dietas también se reparten los fines de semana gracias a World Central Kitchen, una ONG que presta ayuda a través de un banco de alimentos.